Si bien su consagración definitiva le llegó con el éxito a escala mundial (y el Oscar a mejor director en 1992) de El silencio de los corderos, inquietante y perturbador thriller con Anthony Hopkins y Jodie Foster, la extraordinaria carrera de Jonathan Demme tuvo muchos otros logros previos y posteriores en el terreno de la ficción, de la TV, del documental y de los múltiples acercamientos al rock.

Demme -que murió como consecuencia de problemas cardíacos derivados de un cáncer de esófago contra el que luchó durante muchos años- se formó en la factoría de Roger Corman (allí filmó en 1971 su ópera prima Angels Hard as They Come) y ese espíritu del cine clase B lo acompañó durante buena parte de su filmografía. En la década de 1980, brilló con Melvin y Howard, comedia dramática con Jason Robards (como Howard Hughes) y Paul Le Mat (como el desdichado Melvin Dummar) que en 1981 ganó los Oscar a mejor guión (Bo Goldman) y actriz secundaria (Mary Steenburgen). Tres años después concibió uno de los mejores rockumentales de todos los tiempos: Stop Making Sense, sobre los shows del grupo Talking Heads que lideraba por entonces David Byrne.

A nivel musical, rodó videoclips para infinidad de artistas (de New Order a Bruce Springsteen) y dirigió otros largometrajes musicales sobre Robyn Hitchcock (Storefront Hitchcock, 1998), Neil Young (Heart of Gold, 2006; Trunk Show, 2009; Journeys, 2011) y Justin Timberlake (que desde fines del año pasado está disponible en Netflix).

En el terreno de la ficción, filmó varios otros títulos valiosos como Algo salvaje (1986), con Jeff Daniels y Melanie Griffith; Casada con todos (1988), con Alec Baldwin y Michelle Pfeiffer; el drama Filadelfia (1993), que le valió el Oscar a Tom Hanks como mejor actor protagónico y a Springsteen por el tema Streets of Philadelphia; y La boda de Raquel (2008), con Anne Hathaway y Rosemarie DeWitt. En los últimos tiempos incursionó también varias veces en el documental y se despidió de Hollywood en 2015 con la simpática comedia musical Ricki and the Flash, con Meryl Streep como veterana rockera.