Según ha anunciado el Festival de Cannes en un comunicado oficial, la cineasta francesa Agnès Varda recibirá, en la ceremonia de clausura del certamen, una Palma de Oro honorífica que distinguirá el conjunto de su carrera. Solo Woody Allen (2002), Clint Eastwood (2009) y Bernardo Bertolucci (2011) han sido distinguidos antes con este galardón reservado a grandes cineastas que nunca han logrado el preciada Palma cannoise.
Desde el Festival de Cannes se ha querido destacar la circunstancia de que Varda es la primera mujer en recibir este prestigioso galardón, en una edición del certamen, la 68ª, que será inaugurada por una cineasta (Emmanuelle Bercot) y en la que se desarrollarán diversas otras actividades destinadas a resaltar el papel de las directoras.
Fotógrafa, guionista, actriz, directora y artista visual, Agnès Varda es elogiada por Cannes como “un genio versátil cuya insaciable curiosidad la ha llevado hacia una amplia variedad de proyectos, todos ellos transformados de algún modo en oro”. Nacida el 30 de mayo de 1928, estudió fotografía y parte de su formación tuvo lugar en el Festival de Avignon, donde trabajó con su mentor Jean Vilar. Su primera película, La Pointe Courte, fue montada por Alain Resnais y se adelantó a las constantes de la nouvelle vague. Pero fue en 1962, gracias a la repercusión de Cléo de 5 a 7, que Varda alcanzó su merecido reconocimiento, logrando en 1965 el Premio Louis-Delluc por Le Bonheur.
La obra de Varda es la perfecta representación de un espíritu libre. Desligada de todos los corsés y academicismos, la trayectoria de Varda ha zigzagueado entre el formato largo y el corto, el documental, el ensayo y la ficción, cubriendo todo tipo de temáticas. Su talento se halla ligado a títulos de ficción emblemáticos como Una canta, la otra no, Sin techo ni ley (León de Oro de Venecia) o Jacquot de Nantes (dedicada a la memoria de su marido Jacques Demy). Pero en los últimos años, desde la presentación de Los espigadores y la espigadora (2000), la obra de Varda se ha decantado definitivamente hacia lo ensayístico, como en el maravilloso film autobiográfico Las playas de Agnès.