A pesar de haber aparecido en papeles menores durante la década de los 80 (en El sueño de Arizona, de Emir Kusturica, entre otras), el actor y músico norteamericano de origen italiano Vincent Gallo se dio a conocer en el ámbito del cine independiente a raíz de Buffalo ’66, el que fuera su debut directoral, que vio la luz en 1998. El film, protagonizado por él mismo junto a una jovencísima Christina Ricci y secundarios de lujo (Anjelica Huston, Ben Gazzara, Rosanna Arquette), narra la historia de un joven confundido y problemático que, al salir de la cárcel, secuestra a una bailarina para hacerla pasar como su mujer ante sus padres. Gallo toma verdaderos pilares de la cultura norteamericana (el fútbol americano, los bolos, el suburbio…) y los distorsiona hasta lograr una fábula descarnada del verdadero American Way of Life. Cualquier ambición, esperanza o atisbo de luz al final del túnel se revela a través de la puesta en escena, y el montaje se evidencia para dar lugar a la aparición de ensoñaciones efímeras. El sino al que no puede escapar el film es un cierto fatalismo inscrito en la realidad marginal americana, encerrada en un tortuoso y fulgurante bucle de mediocridad y violencia. Júlia Gaitano

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