Página web del Festival de Cine Internacional de Ourense (20-27 octubre)

LA FLOR – PARTE I. 220 minutos. Argentina (2009-2016). Con Pilar Gamboa, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Valeria Correa. FOCO MARIANO LLINÁS

Entre otras cosas, La flor es una película sobre el misterio actoral, que aquí se encarna en cuatro actrices que van representando distintos roles en cada una de las partes del film. Un misterio acrecentado por la propia forma de esta introducción de tres horas y media a una obra mucho mayor: una apertura, un relato sin cierre, algo que está en movimiento. Se produce, así, un desbordamiento. Y afloran precisamente los misterios del proceso creativo. En el prólogo de La flor, el propio Llinás explica la película. Dibuja, en un cuaderno, su estructura, su forma de flor, anunciando una celebración de la ficción. La flor – Parte I son los dos primeros episodios de una obra con seis capítulos que juegan con los géneros cinematográficos. El primero emula las formas perdidas de la serie B clásica y versa en torno al descubrimiento de los poderes destructivos de una momia en un centro científico. El segundo es un musical y narra los celos y el desgarro de una pareja de músicos. Sin embargo, la mejor definición de La flor la ha dado el propio Llinás: la película recupera el gozo de ciertas formas del cine, narrativas, de actuación, que han ido desapareciendo.

Uno de los méritos de La flor consiste en no caer en la nostalgia: la película se construye sobre una contemporaneidad que tiene que ver, de entrada, con la textura digital, que aquí se torna gris, de tonos apagados, y que juega en beneficio de planos cerrados sobre el rostro de las actrices. Lo contemporáneo se desprende también de la aproximación a los géneros: en el segundo segmento, el melodrama más exacerbado se mezcla con las formas, digitales, de nuestra época de iPods y de sonidos comprimidos. Además, La flor comparte algo con el cine de Jacques Rivette: una aproximación al género como puerta de entrada al juego, a lo placentero; la idea de película como un espacio abierto, como un work in progress, de larga duración, fragmentado, como algo inacabado, sin fin, sin límites… Violeta Kovacsics

HISTORIAS EXTRAORDINARIAS. 245 minutos. Argentina (2008). Con Walter Jakob, Agustín Mendilaharzu, Mariano Llinás. FOCO MARIANO LLINÁS

245 minutos, tres grandes historias divididas en 18 episodios, varias decenas de personajes y de localizaciones (incluida una escena rodada en Mozambique), tres narradores en off omnipresentes (Daniel Hendler, Juan Minujín y Verónica Llinás) y –lo más importante de todo– miles de pequeñas y grandes ideas, varias de ellas en camino de ubicarse entre las más audaces y delirantes del cine argentino en mucho tiempo. Todo eso (y mucho, muchísimo más) es lo que propone Historias extraordinarias, un título megalómano pero que, por una vez, suena justo y apropiado. Si Balnearios (2002), la ópera prima de Llinás, fue una película muy influyente con su ironía y su apuesta juguetona con el (falso) documental, Historias extraordinarias es ya una proeza cinematográfica concretada en formato digital: un trabajo consagratorio.

La primera secuencia (genial) del film incluye un asesinato narrado a distancia y en único plano fijo, un pasaje que nada tiene que envidiarle, por ejemplo, a No es país para viejos, de los hermanos Coen. Luego, la película saltará del thriller a la comedia, al melodrama romántico al falso documental, al género de aventuras, al costumbrismo pueblerino, a la épica, al cine bélico y, claro, a la road y river movie (hay tantas escenas en ruta como en lancha). Una película imbuida por el espíritu de Robert Louis Stevenson y filtrada por las sensibilidades de Jorge Luis Borges y Thomas Pynchon. Diego Batlle

ARABIA. Affonso Uchoa y João Dumans. 97 minutos. Brasil (2017). Con Aristides de Sousa, Murilo Caliari, Gláucia Vandeveld. SECCIÓN SÍNTOMAS

André y Cristiano viven en un pueblo de Brasil llamado Ouro Preto. Apenas se conocen. Sin embargo, cuando Cristiano muere a causa de un accidente en la fábrica de aluminio donde trabaja, el azar hará que el pequeño André recorra los últimos veinte años de la vida del obrero gracias a la aparición de un manuscrito que la película Arábia se encargará de poner en escena. Un giro que evoca el sorprendente cambio de la primera a la segunda parte de Tabú del portugués Miguel Gomes. La primera película dirigida a cuatro manos por los brasileños Affonso Uchoa y João Dumans es una maravillosa cinta de raíces neorrealistas que aborda escenas cotidianas de lo más trágicas con suma ternura y delicadeza, suavizando así su carga melodramática. El film no pretende exaltar la desdicha de los personajes, sino plasmar el sentimiento de soledad y melancolía que los envuelve y los acompaña en su lucha por la supervivencia.

Arábia retrata un Brasil donde la pobreza económica ha superado sus fronteras y, ahora, carcome el alma de su gente. La escritura, que debiera ayudar al protagonista a deshacerse del recuerdo de su amada, termina causando un efecto imprevisto: despertarle de su alienación mientras rememora su vida. En las últimas páginas de las memorias de Cristiano, el personaje confiesa que sólo cuando deja de escuchar el sonido del metal de la fábrica consigue oír el latido de su corazón. Justamente Uchoa y Dumans dejarán en fuera de campo la muerte inicial de Cristiano para que esta deslumbrante película nos deje con una única incógnita: ¿Tuvo Cristiano un accidente o, en realidad, murió de pena? Carlota Moseguí

DHOGS. Andrés Goteira. 85 minutos. España (2017). Con Carlos Blanco, Alejandro Carro, María Costas. SECCCIÓN SÍNTOMAS

Para aquellos que creían que el cine gallego se limitaba a películas autorales, contemplativas o intelectuales, aquí está esta virtuosa y arrasadora ópera prima de Andrés Goteira para demostrar que allí también se cultivan los géneros. Y Dhogs (mezcla de dogs y hogs, perros y cerdos) incursiona en casi todos: del thriller al erotismo, pasando por el drama, el terror con elementos gore, el exploitation y hasta cierta estética del western. Dividida en tres partes que a su vez narran diferentes episodios –unos relatos salvajísimos para hacer una analogía con el exitoso film argentino– en los que abundan la creatividad, los riesgos y la capacidad de sorpresa, aunque también surgen a veces el sadismo gratuito y la arbitrariedad.

Inevitablemente desequilibrada, con ciertas tomas que se extienden en demasía y algunas decisiones cuestionables en el terreno de la musicalización y los efectos de sonido, Dhogs es, ante todo, un ejercicio estilístico y narrativo pletórico de inventiva y audacia, hasta el punto que, por momentos, las escenas parecen estar siendo representadas ante la platea de un teatro. Del realismo sucio al artificio puro. Trainspotting, el primer Tarantino y el amor por el cine de serie B se conjugan en una película financiada en parte vía crowdfunding. Es probable que los cinéfilos que aportaron al proyecto se sientan satisfechos con su “inversión”. Diego Batlle

UNA MUJER FANTÁSTICA. Sebastián Lelio. 104 minutos. Chile, Alemania, España, Estados Unidos (2017). Con Daniela Vega, Francisco Reyes, Luis Gnecco. SECCIÓN MANIFESTOS

Cuatro años después de Gloria, el chileno Sebastián Lelio presenta un nuevo drama intimista, esta vez con toques noir y centrado en el titánico proceso de reafirmación personal que lleva a cabo la protagonista del film, una transexual que debe hacer frente al luto de un ser querido y la sarta de humillaciones recibirá por parte de la familia de éste. Día a día, la entereza y autoestima de Marina –cuya espléndida interpretación corre a cargo de Daniela Vega– parecen debilitarse. Sin embargo, nunca decaerá del todo porque Marina asume la tragedia como si se tratara de otro de los tantos frentes que ha combatido en su vida desde que decidió que pasaría el resto de sus días siendo una mujer.

En la rueda de prensa del film, en el pasado Festival de Berlín, Lelio señaló que, en Una mujer fantástica, la transexualidad es en realidad un elemento secundario. A pesar de que el film defiende abiertamente los derechos y las libertades de dicha comunidad, el objetivo principal de la película siempre fue poner en escena el renacimiento de la protagonista. Por otro lado, cabe señalar que uno de los principales logros del film es su capacidad de situar el tour de force de un personaje femenino en el seno de una atmósfera de misterio próxima al cine negro, dos componentes que han definido los melodramas de Pedro Almodóvar durante décadas. Así, en la nueva película de Lelio resuenan los ecos de films como Todo sobre mi madre, Volver o La piel que habito. Carlota Moseguí