Autor de una filmografía tan breve como esencial y poco reinvindicada, cualquier oportunidad de ver, volver a ver, descubrir, o redescubrir, los trabajos de Paulino Viota deberían aparecer en mayúsculas y subrayadas en la agenda de cualquier cinéfilo que muestra un poco de interés por conocer las zonas menos citadas de la historia reciente del cine en España. Autor de la esencial Contactos, su segunda película, Con uñas y dientes, se centra en el desarrollo de una huelga para plasmar una amarga mirada a los años de la Transición que retrata las frustradas esperanzas puestas por un amplio sector social en la recién nacida democracia española. Cine politico y militante en su máxima expresión, sin embargo Con uñas y dientes es mucho más que una película de tesis, como muchas de las que florecieron en aquellos años. En palabras de Santos Zunzunegui: “El cineasta buscaba combinar una película ideológicamente correcta (visto, no hace falta decirlo, desde posiciones de izquierda radical), con un lenguaje asequible, rigurosa en su planteamiento formal. Lo que suponía tratar las escenas conceptuales y de acción, al mismo nivel, aunque en realidad pertenezcan a realidades diferentes (…) es capaz de construir una escenas didácticas (en el sentido brechtiano de la expresión) de altos vuelos y como no ha vuelto a haber otras en el cine español. GdPA

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