Página web del Atlántida Film Fest.

MAIDAN. Sergei Loznitsa. 134 min. Ucrania/Holanda (2014).

Heredero por excelencia de la mejor tradición de cine documental del este, el bielorruso, aunque afincado en Alemania, Sergei Loznitsa parecía haber abandonado casi por completo su faceta de cineasta documental cuando la ciudadanía de la que fuera su ciudad durante muchos años, Kiev, en Ucrania, se levantó en masa contra la decisión del Gobierno de Víktor Yanukóvich de cancelar la firma de un tratado comercial con la Unión Europea. Manifestantes pro-europeos tomaron entonces la plaza de la ciudad, el Maidán, dando lugar a lo que posteriormente derivaría en una auténtica revolución. Apenas unos días más tarde del comienzo de esas manifestaciones, Loznitsa estaba allí con su cámara digital, su trípode, y un equipo de sonido, dispuesto a filmar el desarrollo imprevisible de los acontecimientos. Estrenada en el Festival de Cannes de 2014, la película es un prodigio de cine observacional y de rigor competitivo y operacional. Sin apenas mover la cámara, Loznitsa capta los vaivenes de las masas, el progresivo deslizamiento (orquestado, bendecido) hacia la violencia, y el terror y vibrar de (casi) todo un país.

El dispositivo aparentemente distante y sereno que impone Loznitsa a la filmación, la inmovilidad de la cámara frente a la épica de los acontecimientos, no oculta, ni lo pretende, la simpatía del realizador con los manifestantes que parecen rebelarse por la más justa de las causas: la libertad, la unión, y Europa como ideal. Sin embargo, la forma –que implica siempre una apuesta ética y política– es también el vehículo de las ideas, y en este film planea, al menos para quien esto escribe, una sombra oscura de ciertas tendencias ideológicas retrógradas. ¿Es Maidan la película libertaria que se celebró en Cannes, o por el contrario, este documental alimenta una cierta épica del conflicto armado que podríamos considerar una involución? Gonzalo de Pedro

CHILDREN 404. Askold Kurov, Pavel Loparev. 70 min. Rusia (2014).

Desde 2013 los adolescentes de orientación LGTB residentes en Rusia están atrapados en un punto de no retorno. Dos años atrás, su presidente, Vladimir Putin, aprobó una ley que sanciona la exhibición pública de relaciones sexuales no-tradicionales entre menores de edad. Esta minoría oprimida presenció, impotente, cómo la homofobia llegaba al sistema legislativo con el apoyo mayoritario de la ciudadanía. Sin embargo, las jóvenes víctimas silenciadas, perseguidas y humilladas por sus semejantes hallaron un nuevo refugio donde recuperar su derecho a expresarse. Elena Klimova –periodista que perdió su trabajo en la redacción de un prestigioso medio tras declarar su tendencia homosexual– fundó una página web llamada “Children 404” que se convirtió en el oasis on-line de los mártires. Esta casa de acogida virtual, que da nombre al documental de Askold Kurov y Pavel Loparev, era una ágora digital e ilegal donde los chicos vencían su terror psicológico a través de la noción de comunidad.

Tratándose de un homenaje a la labor subversiva de Klimova, Children 404 presenta su proyecto homónimo durante las tres fases de su evolución: el exitoso estado de vigencia, su desactivación e investigación judicial, y la pertinente resolución del caso. Por otra parte, la inserción en el largometraje de imágenes reales registradas clandestinamente durante actos de acoso escolar revela que su propósito va más allá de honrar el acto de valía de Elena Klimova. Siguiendo la estela de Stories of Our Lives –magistral documental exhibido en Toronto y Berlín, que desenmascara la persecución del colectivo LGTB en Kenia con anónimos testimonios–, el debut de Kurov y Loparev expone las vivencias de cuarenta y cinco damnificados por la ley anti-propaganda y el cierre de “Children 404”. Esta temeraria ópera prima pone de manifiesto la realidad de decenas de nuevos proscritos que, ahora, deberán luchar solos sin la ayuda que les proporcionaba la desmantelada asociación clandestina. Carlota Moseguí

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OUR NIXON. Penny Lane. 84 min. Estados Unidos (2013).

El interior de la Casa Blanca nunca fue filmado con la genuina ternura, belleza y familiaridad que encontramos en la ópera prima de Penny Lane, Our Nixon. Curiosamente, estas delicadas imágenes en super8 del icónico edificio situado en Pennsylvania Avenue no fueron registradas por la directora del cortometraje Abortion Diaries. Sus verdaderos autores fueron tres hombres que trabajaron entre esas cuatro paredes. Por ese motivo, sus encuadres no contienen la morbosidad de un cineasta que visita la residencia de su jefe de Estado por primera vez. A pesar de su destacada sensibilidad plástica, esta tríada de creadores no estaba formada por videoartistas americanos de los años sesenta y setenta, sino por tres políticos que pasaron a la historia por su vinculación en el caso Watergate durante la era Nixon. Nos referimos al jefe de gabinete del presidente, H. R. Bob Haldeman, su asesor, John Ehrlichman y un joven asistente de veintisiete años, Dwight Chapin.

Por otra parte, el guión de este audaz documental exhibido en la antepenúltima edición del festival de Róterdam se basa en extractos de las famosas cintas que sacaron a la luz el espionaje al Partido Demócrata, y las demás tramas de corrupción que acabaron con el mandato de Richard Nixon. De este modo, Our Nixon propone una aproximación a las tres figuras que se convirtieron en los chivos expiatorios del presidente desde la vertiente más íntima, secreta y particular, a través de sus confesiones telefónicas y su introspectiva mirada cinematográfica. Asimismo, la magnífica selección del hasta ahora inédito material sonoro descubre las posturas homófobas, racistas y pro-bélicas del ex-presidente. Our Nixon es un documento necesario y revelador que pone en evidencia el pasado oscuro de la política americana. Carlota Moseguí

SONGS FROM THE NORTH. Soon-Mi Yoo. 72 min. Corea del Sur (2014).

He aquí una película que se acerca a una nación que ha quedado –según ciertas lecturas políticas– “fuera del mapa”: Corea del Norte. Soon-Mi Yoo ha dirigido un documental que, por un lado, explora los materiales de archivo nacionales que permiten observar las peculiares –y parodiadas hasta el hartazgo– costumbres culturales y ritos político/religiosos de ese país que adora a sus gobernantes cual deidades. A esos archivos, Soon-Mi le agrega lo filmado por ella misma en diversos viajes que hizo al país en los últimos años, viajes ligados a su historia familiar ya que su padre –la otra pata narrativa del asunto, contando su propia historia a cámara– estuvo a punto de irse allí en su juventud, viaje que canceló por motivos que se revelarán durante el filme. El filme (que se alzó con el premio a la mejor ópera prima en el pasado Festival de Locarno) logra superar el retrato irónico y casi burlón que suele surgir viendo las imágenes melodramáticas y grandilocuentes de todos los eventos políticos o sociales que habitualmente vemos de ahí a partir de la inmersión personal de la realizadora. El “ridículo” está ahí para quien quiera tomarlo (no es usual que la gente llore de esa manera ante casi cualquier disparador, especialmente las canciones a las que hace referencia el título), pero Soon-Mi prefiere ir a la sustancia de esos llantos, esa nostalgia de un país escindido que perdió buena parte de su propia historia y que la reconstruyó en base a mitos y fantasías, muchas de ellas con nombre y apellido. Diego Lerer (blog Micopsia)

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OUT (2014). Joan Antúnez. 17 min. España (2015).

Única película española a competición en el pasado Festival Punto de Vista, el cortometraje del debutante Joan Antúnez, producido por el Master de Documental Creativo de la Universidad Autónoma de Barcelona, es un elegante trabajo sobre el fuera de campo cinematográfico a partir de aquello que no aparece habitualmente en las retransmisiones deportivas: el backstage, lo que está fuera de la cancha, los trabajadores invisibles, el público, las reacciones. Tomando como centro una competición de tenis, y como protagonistas principales a los recogedores de pelotas, el trabajo de Antúnez es sobre todo un desarrollo visual sobre el espacio de lo no filmado, de lo invisible, y además, una reescritura de la tradición del documental de vanguardia como espacio, no de representación, sino de construcción poética de la realidad. A través de un cuidado trabajo de montaje rítmico, en la mejor línea del cine constructivista, del montage como construcción retórica, Out propone un baile de imágenes casi vaciadas de su contenido literal que conforman un mosaico de ritmos, danzas y movimientos musicales, quizás excesivamente reforzados por una banda sonora enfática. En todo caso, un trabajo más que interesante que demuestra los caminos, más allá del estricto realismo, del documental desde sus inicios. Gonzalo de Pedro

NELSA. Felipe Guerrero. 13 min. Colombia (2014).

La violencia de su país natal, Colombia, está presente en todo el trabajo del cineasta Felipe Guerrero, de forma muy clara en su deslumbrante primer trabajo, Paraíso (2006), premiado en el FIDMarseille, o de forma más elíptica en la sobrecogedora Corta (2012), trabajo aparentemente observacional sobre el trabajo de la corta de caña de azúcar en el que sin embargo estaban presentes los rastros de una violencia histórica y colonial. En Nelsa (2014), cortometraje que sirve como preparación a su primer largometraje de ficción Oscuro animal, todavía en pre-producción, Guerrero opta por la representación directa de la violencia a través de la filmación del día a día de Nelsa, una joven guerrillera ocupada en negras tareas en medio de la selva. Filmada en vídeo analógico, con una textura entre el archivo encontrado y lo surreal, la película se maneja entre el retrato directo y lo sensorial, entre lo fantasmagórico y lo tremendamente real: el unheimlich freudiano en el que lo cotidiano deviene siniestro. Andar por el bosque, manejar un auto, el calor, la humedad. Actividades anodinas que Guerrero convierte en símbolos de una violencia descarnada, no evidente, pero palpable como el sudor que recorre los cuerpos de los personajes. Como ocurría en Corta, también en Nelsa hay un fuego, una hoguera en la oscuridad. Un fuego que no es necesariamente purificador. Gonzalo de Pedro