Después de haber rodado media decena de cortos documentales de índole neorrealista, en 1950 Michelangelo Antonioni debuta con un largometraje de trama policial. Crónica de un amor es el primer noir del director italiano, una cautivadora y sombría película que declara su devoción por el cine negro naturalista francés, y en especial por Marcel Carné. Lucía Bosé interpreta a una bella dama de la rica burguesía de Milán que engaña a su marido (Ferdinando Sarmi) con un viejo amigo (Massimo Girotti). El acobardado y celoso esposo contrata a un detective privado para que siga a la pareja en sus reuniones diurnas, pero pronto descubre que su amor platónico no es el único secreto que comparten: ambos están unidos por un crimen sin resolver. Con ecos argumentales de la que más adelante devendrá su obra maestra, La Aventura (1959), Crónica de un amor anticipa los rasgos estilísticos y temáticos que predominan en su filmografía. La ópera prima de Antonioni es un espejo que refleja las inquietudes cinematográficas del realizador durante los años cincuenta y sesenta: el deseo de abandonar la oda proletaria del Neorrealismo en pos del retrato existencialista del ennui burgués. CM

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