Carlota Moseguí (Venecia)
En los últimos años, la Mostra de Venecia no ha fallado en la selección de películas norteamericanas. Éste es el certamen cinematográfico con la mejor cosecha anual de productos made in Hollywood. Por ello ha devenido el festival europeo favorito de la Academia. No fue sino en Venecia donde se estrenaron (fuera de competición) las últimas ganadoras de los Premios Oscar: Spotlight y Birdman. Algunos vinculan el origen de esta tendencia pro-hollywoodiense con la actual marginalidad de ese cine de autor radical tan presente durante los tiempos de Marco Müller. En cambio, otros lo relacionan con simples modas o corrientes dentro de su línea de programación. Sea cual sea su causa, la Mostra monopoliza la exhibición de las mejores superproducciones realizadas al otro lado del Atlántico. Una de ellas se ha estrenado esta mañana, dividiendo diametralmente a la crítica. Nos referimos a la nueva película de Denis Villeneuve La llegada (Arrival).
En su tercera producción estadounidense, tras Prisioneros y Sicario, el director canadiense se atreve con un género que aún no había explorado: el thriller de ciencia ficción. Ante todo debemos advertir que los fanáticos del sci-fi que esperen ver una invasión e intento de exterminio de la raza humana –al estilo de La Guerra de los Mundos– saldrán de la sala de cine decepcionados. Como indica su título, La llegada (Arrival) parte de la aparición de doce naves extraterrestres en el planeta tierra, sin embargo nos encontramos ante un film de un corte más existencialista y teórico de lo que parece. El autor hace uso del imaginario fantástico para denunciar la falta de voluntad del ser humana para entenderse entre iguales, así como para condenar el espíritu belicista que ha definido a la Humanidad desde su origen.
Por otro lado, Villeneuve vuelve escoger a una mujer para protagonizar su película. En esta ocasión, una espléndida Amy Adams encarna una versión parecida a la Emily Blunt de Sicario. En La llegada (Arrival), Adams resplandece en el rol villeneuviano de la heroína que nunca pidió serlo. Aquí, será una doctora en lingüística, requerida por las Fuerzas Armadas yanquis por sus conocimientos en interpretación de alfabetos. La mujer, que ya había ayudado a los servicios de inteligencia años atrás, es la única persona capaz de descifrar el lenguaje de los extraterrestres.
Los dos primeros tercios de esta adaptación (poco fidedigna) del relato breve Story of Your Life de Ted Chiang versan sobre los intentos de decodificar el alfabeto marciano. No es hasta el estimulante capítulo final cuando la trama deviene un laberinto espacio-temporal. Para no revelar demasiadas pistas sobre el desenlace del film, tan sólo añadiremos que el relato queda atrapado en el clásico agujero negro nolaniano de Origen o Interestellar, que además el director filmará, montará y acompañará musicalmente a la manera de El árbol de la vida. Es interesante destacar que tratándose de su primera película de ciencia ficción, Villeneuve resuelve dicho bucle con astucia, y sin perder la noción de verosimilitud en ninguna secuencia.