Estrenada en el pasado Festival de Locarno, la más reciente película del argentino Martin Reitman es una película tan divertida sottovoce como capaz de esconder en su interior una complejidad que apenas desvela su aparente frialdad cómica y ligereza narrativa. Partiendo del fallido suicidio, sin motivo alguno, de un adolescente aburrido, la película desata una serie de disfunciones de lo real como consecuencia de ese disparo errado, que terminan por provocar un cataclismo en lo real, y de paso, y esto es lo más fascinante, acabar con toda tentación de risa en el seno de una comedia muy seria. Y aunque tenga algo de costumbrista, de policiaco, de crónica de la adolescencia como espacio de vacío y autodefinición, la película termina por no ser nada de todo lo que podría haber sido, para convertirse en algo muy diferente: una auténtica sorpresa, un mecanismo de una sencillez aparente que esconde una complejidad cinematográfica superior.

Programación completa de la Casa de América.