En 1962, simultáneamente al rodaje de su célebre “fotonovela” La Jetée (El muelle), Chris Marker empezó a filmar El alegre mes de mayo, un documental/retrato de la ciudad de París. En el primer mes tras el término de la Guerra de Argelia, la mirada de Marker se centra en el día a día de su ciudad natal, esbozando su entramado social, cultural, económico y político. Figura totémica del llamado “documental subjetivo”, Marker enlaza los diferentes episodios con destreza y desenvoltura, buscando en los rostros de los habitantes posibles secuelas de la reciente independencia de la colonia francesa. Entre tensiones y climas de opinión, la panorámica de diferentes clases sociales y las aspiraciones vitales de los parisinos, Marker espolea constantemente el contraste entre la escala de estas problemáticas más “corrientes” con el momento histórico. En este collage de individuos y ambientes, se distingue el interés del cineasta por la música, el movimiento y el montaje cinematográfico, en ciertas ocasiones muy al estilo del cinéma verité de Jean Rouch, en otras puede recordar de forma casi visionaria al Koyaanisqatsi de Godfrey Reggio. A pesar de la gran ternura con que Marker aborda las preocupaciones de sus coetáneos, no abandona el tono crítico para mostrar una sociedad dominada por Fantômas, miedos y sombras. Júlia Gaitano

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