La organización del Festival de Rotterdam (IFFR) ha hecho público un primer avance de títulos que conformarán la segunda parte de su edición de 2021, que se llevará a cabo entre los días 2 y 6 de junio (la primera parte se celebró entre el 1 y 7 de febrero). Entre las películas anunciadas, destaca El ventre del mar del cineasta mallorquín Agustí Villaronga, autor de obras como Tras el cristal, El mar o Pa negre. El ventre del mar se presentará en el marco de la nueva sección Harbour, que la organización del certamen neerlandés concibe como “un refugio seguro para el cine contemporáneo en toda su amplitud y profundidad”. Villaronga ya fue objeto de una retrospectiva en Rotterdam en el año 2011. La película se verá en Rotterdam después de tener su estreno mundial en la Competición Oficial del Festival de Cine de Moscú.

Basada en hechos reales, El ventre del mar nos lleva, según la sinopsis oficial del film, hasta junio de 1816. “La fragata la Alliance, de la Marina francesa, embarranca en un banco de arena ante las costas del Senegal. Al resultar inútiles los intentos para liberar el casco, no queda más remedio que abandonar la nave. Como los botes disponibles no son suficientes para acoger a todos los tripulantes, se construye una balsa de unos 12 metros de largo y 6 de ancho. En aquella embarcación precaria obligan a subir a 147 hombres: soldados, marineros, algún pasajero y unos pocos oficiales. El plan de evacuación de la nave prevé que los botes disponibles los remolquen hasta la orilla. Aun así, el pánico y la confusión se apoderan del convoy que intenta llegar a la costa. Por cobardía o ineptitud, los botes pierden contacto con la balsa. La soga que lo remolca se rompe, o alguien la corta. Los botes abandonan la balsa a su suerte. La corriente la arrastra, y desaparece en el horizonte”.

Según se apunta desde el IFFR, El ventre del mar fue concebida originalmente como una obra de teatro, pero Villaronga modificó sus planes durante la pandemia de Covid-19. “Su historia acerca de dos supervivientes del hundimiento es ahora una mezcla de teatro y cine. En ocasiones los actores aparecen en un escenario mojado, mientras que en otros momentos están en una balsa real con un mar de cuerpos ahogados en el fondo. Villaronga muestra a sus dos protagonistas, un oficial y un marinero, recordando sus traumas indelebles. Esta historia, contada de un modo ligeramente abstracto, en un estilo poético, adquiere una dimensión contemporánea gracias al empleo abrupto de imágenes de noticiarios”.

Por su parte, en la sección dedicada a cortometrajes y mediometrajes, el IFFR ha seleccionado el cortometraje Ella y jo del cineasta catalán Jaume Claret Muxart, estrenado mundialmente en el pasado Festival de San Sebastián. El cortometraje, según escribía Endika Rey en una crónica del certamen vasco, explora la distancia entre “una madre en Barcelona y su hija en Atenas, ambas artistas, que nunca llegan a entrar en contacto directo (la hija nunca le coge el teléfono a la madre) pero sí establecen una relación a través de la pintura. El propio director insistía en declaraciones al festival en que una de las razones por las que quería realizar el corto era por la posibilidad de filmar en el piso de su abuela (a la que le habían subido el alquiler y se veía obligada a abandonar el hogar), y es seguramente en el tratamiento de los espacios donde el cortometraje más destaca: de ese taller blanco y azul en un piso de Barcelona, desde el cual vemos las ventanas de los vecinos como si fuesen cuadros vivientes, pasamos a una casa en Grecia con un gran jardín que casi parece un invernadero aislado de la sociedad”.