Manu Yáñez

El Máster Universitario en Estudios de Cine y Culturas Visuales de la ESCAC (Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Catalunya) nace con el objetivo de fomentar la investigación y reflexión en torno a la cultura audiovisual contemporánea. Para ello, los directores del Máster, María Adell y Sergi Sánchez, han elaborado un programa que pone un pie en el arte cinematográfico, en sus diferentes acepciones y perspectivas, y el otro en “el cambiante universo ‘multipantalla’ en el que la sociedad contemporánea se halla inmersa”. Para conocer más detalles acerca del enfoque transversal de este Máster Oficial, que pone un énfasis especial en la intersección entre el audiovisual y los estudios culturales, entrevistamos a Sergi Sánchez, doctor en Teoría del Cine por la Universidad Pompeu Fabra y codirector del departamento de Estudios Fílmicos de la ESCAC.

M.Y.: Entiendo que uno de los ámbitos centrales de estudio del Máster Oficial de la ESCAC es el cine, pero en el título también figuran las “culturas visuales”. Se percibe una apuesta por ampliar el marco de trabajo. ¿Cómo tomó forma esta propuesta?

S.S.: Nuestra idea era singularizar el Máster y diferenciarlo de los estudios de posgrado en cine y audiovisual que hay en el resto de España. Queríamos expandir el radio de acción respondiendo a las exigencias del audiovisual contemporáneo. Estamos en un momento de transformación, de metamorfosis total, y no podemos entender el cine como un arte estanco, ajeno a la cultura de pantallas y a todo lo que está ocurriendo en el videoarte, el videoensayo, el videojuego, la realidad virtual, la televisión… Todo lo vinculado al expansivo mundo del audiovisual pensamos que debe poder ocupar un espacio relevante dentro del Máster.

El Máster también pone el foco en la dimensión cultural de los estudios sobre el audiovisual. Pienso, por ejemplo, en la cuestión de género, que se ha convertido en un elemento central de la discusión contemporánea en torno al cine y el audiovisual.

Nuestra intención es proponer una aproximación al audiovisual contemporáneo completamente atravesada por los estudios culturales. El sesgo de la teoría de género es un ejemplo paradigmático de cómo los estudios culturales han cambiado la forma de mirar y estudiar no solo el audiovisual, sino la cultura en general. Desde el departamento de Estudios Fílmicos de ESCAC, ya incorporamos hace unos años, en el grado de la escuela, una asignatura optativa de Teoría de Género. Esto surgió por una demanda de los alumnos, que reclamaban una mayor reflexión en torno a las cuestiones de identidad, género, feminismo… La asignatura la imparte Arnau Roig, que también da clases en la Universitat Pompeu Fabra y que es un especialista en teoría queer y feminismo. Cuando elaboramos el programa del Máster, nos pareció lógico dar continuidad y ampliar esta asignatura, que en el grado es optativa, pero que en el Máster será obligatoria y llevará por título Comunicación y género. Las asignaturas del Máster tienen 50 horas de carga lectiva, con lo cual hay tiempo para desarrollar una gran cantidad de temas.

En todo caso, aunque Arnau Roig impartirá esta importante asignatura en el Máster, nuestra voluntad es que la cuestión de género atraviese todas las asignaturas; es algo que debe estar presente en la mirada de todos los profesores y profesoras. Abogamos por incorporar al análisis del audiovisual la teoría queer, el feminismo, la antropología, la sociología o la screen culture o screen studies, ámbitos de estudio que tienen una amplia tradición en el mundo anglosajón, pero que aquí son bastante desconocidos. En este sentido, para el diseño de este Máster, nos hemos fijado en otros Másters internacionales con la voluntad de trascender lo local y situarnos en un marco de discusión internacional.

En el texto de presentación del Máster, hay referencias a la realidad virtual, la realidad aumentada, el cine 360, el cine XR… Me pregunto de qué manera debería responder la academia, cuyas rigurosas metodologías suelen imponer ritmos lentos, a la realidad contemporánea, que cambia a enorme velocidad.

Pienso que hay que desmontar el motor al ralentí de la academia. De hecho, uno de los objetivos del Máster Universitario de ESCAC es llevar la academia a la contemporaneidad. La idea es que la academia puede responder en directo a cuestiones importantes que están marcando la realidad del audiovisual. Con la pandemia provocada por el Covid, el audiovisual está sufriendo unos cambios descomunales. Y no me refiero solo a la distribución, la exhibición y el consumo, sino también a la estética. El Máster deberá proponer respuestas a esta cuestión y eso requiere, por ejemplo, de programas que puedan tener una cierta flexibilidad para responder a la velocidad a la que se está moviendo la realidad. Estamos a favor de una academia viva, que esté atenta y en sintonía con los cambios que se producen a su alrededor, una academia que no se acomode en su atalaya, que busque el diálogo con la realidad.

Mi impresión es que la cambiante realidad actual perfila un escenario idóneo para postular paradigmas teóricos que, en el futuro, quizá serán leídos como proyectos pioneros.

Estoy de acuerdo contigo. Me parece difícil imaginar un momento más estimulante de cara a embarcarse en un proyecto teórico que identifique claves de la realidad contemporánea. Mi labor teórica ha estado muy vinculada al estudio del cine digital y me consta que el proceso de transformación que llevó a la implantación de esta tecnología en el mainstream fue bastante lento. Pasó bastante tiempo entre los primeros experimentos con el digital y el momento en que Hollywood vio que podía sacarle mucho jugo a una tecnología que cambiaría por completo la cara del cine comercial. Sin embargo, la realidad actual es muy diferente. Las mutaciones o metamorfosis en el audiovisual contemporáneo se están produciendo con una velocidad vertiginosa, viral. El año pasado, de un mes al siguiente, nos descubrimos invadidos por pantallas en nuestras interacciones cotidianas. El confinamiento nos ha empujado a una convivencia radical con las pantallas. Todo esto está abriendo un campo de reflexión que no va a ser coyuntural. Es una realidad que va a influir en la estética de muchas creaciones audiovisuales. Y esto es algo para lo que la teoría deberá estar preparada. Las desgraciadas circunstancias que nos han rodeado hacen de la realidad actual un momento muy oportuno para aprovechar el Máster que hemos diseñado. En este sentido, no pretendemos que el Máster de respuestas definitivas, pero sí queremos generar preguntas, circulación de ideas, discursos que estén singularizados por la visión particular de nuestros alumnos.

Me gustaría preguntarte por la idea de transversalidad que promulga el Máster. Cuando, en el texto de presentación, se alude a las posibles salidas profesionales, se habla de perfiles multidisciplinares que puedan abarcar la investigación, la docencia, la crítica, la programación, el comisariado… En este sentido, en mi trabajo como crítico y periodista cinematográfico, he visto cómo muchos compañeros críticos han ido transitando hacia el ámbito de la programación. Sin embargo, en el terreno de la academia, tengo la impresión de que se favorece una cierta especialización. Puedo estar equivocado.

Para poder hacer realidad un ideal de transversalidad, hemos diseñado el Máster Oficial de ESCAC respondiendo a una perspectiva muy amplia. Nuestro deseo es que gente procedente de ámbitos muy dispares pueda interesarse por la diversidad de asignaturas que ofrece el Máster. Esperamos acoger a alumnos procedentes de estudios de comunicación audiovisual, de historia del arte, diseño, humanidades… Este Máster Oficial, con su importante carga lectiva, ofrecerá a los alumnos la posibilidad de realizar un doctorado, dando continuidad a su carrera académica. Pero, para nosotros, más allá de los conocimientos inscritos en los 120 créditos que estructuran el Máster, también es importante favorecer que los alumnos puedan acceder a salidas profesionales muy diversas. Hablabas de una cierta paradoja entre especialización y transversalidad. Yo no lo veo tanto como una dicotomía sino más bien como un abanico de posibilidades. El programa de nuestro Máster ofrece un montón de caminos teóricos que pueden abrir diferentes vías profesionales. Luego está en manos de cada alumno o alumna elegir cuál, o cuáles, quieren transitar. Habrá quién quiera adentrarse en los film studies y doctorarse, pero también puede haber alumnos que se decanten por convertirse en comisarios de arte electrónico, por poner un ejemplo. Hay una baraja amplia de cartas para que los alumnos puedan escoger.

¿Toda la docencia del Máster será presencial?

Sí, nuestra idea es que el Máster sea presencial, aunque hay que tener presente que las circunstancias pandémicas son realmente imprevisibles. Queremos favorecer el contacto directo entre alumno y profesor, y entre el grupo de alumnos, que es algo fundamental en los procesos de aprendizaje. Creemos que eso genera debates fértiles y enriquece muchísimo la experiencia de los alumnos. Con clases online es difícil que se puedan generar sinergias entre alumnos con intereses afines.

Pensamos que la cuestión de la presencialidad no será difícil de controlar con un grupo de 20 o 25 alumnos. Es un grupo que puede estar en las aulas de ESCAC, que son grandes. En cuanto a cuestiones prácticas, también hay que destacar que el Máster se cursará en dos años y que las clases se impartirán en castellano. Las clases serán por la tarde, así damos opción a que vengan alumnos y alumnas que trabajan por las mañanas. El horario será de 16h a 20:30h, de lunes a jueves, con una pausa de media hora.

¿He visto que, para el ingreso al Máster, se exige la presentación de un esbozo de proyecto de investigación? ¿Los alumnos deben comprometerse a dar continuidad, en el seno del Máster, a esa propuesta de investigación?

Todos los Másters Oficiales orientados a alumnos que después quieran hacer un doctorado exigen una pequeña memoria de un proyecto de investigación. Eso no implica, en ningún caso, la firma de un pacto fáustico que te ate a un proyecto en concreto. A los evaluadores del Máster, que somos María Adell y yo, estas propuestas de investigación nos dan una idea del ánimo investigador de los candidatos y candidatas. Pero, teniendo en cuenta que el Máster debe estar vivo, y que aspiramos a ampliar la visión del mundo de los alumnos, habrá absoluta libertad para que el alumnado cambie el tema de su Trabajo Final durante su participación en el Máster.

¿Cómo ha sido el proceso de dar forma a un Máster Oficial? ¿Y cómo ha sido la elección del profesorado?

La confección del Máster ha sido larga y prolija. Un Máster Oficial tiene que pasar por una serie de filtros de aprobación. En este caso, la ESCAC es un centro asociado a la Universidad de Barcelona y el Máster está aprobado por la Agencia de Qualitat Universitaria de la Generalitat de Catalunya. Esto supone una serie de exigencias que hemos tenido que ir abrazando a medida que íbamos diseñando el Máster. Aunque debo decir que, entre la gente vinculada al Máster, impera la ilusión de estar inventando algo que nos parece nuevo y necesario.

En cuanto al profesorado, hemos intentado, por un lado, que algunos de los profesores del Grado de ESCAC pudieran acceder a dar clases en el Máster. Era una cuestión lógica, ya que el Máster depende del departamento de Estudios Fílmicos de ESCAC, que tiene un staff del que estamos muy orgullosos. Los profesores a los que hemos tenido que ir a buscar fuera de la ESCAC han sido aquellos especialistas en cuestiones como la cultura de pantallas o los estudios culturales. En este sentido, hemos fichado a profesores como Eloy Fernández Porta, Jordi Costa o el dúo formado por Jara Rocha y Andreu Belsunces, dos profesores de la Escola Massana especializados en culturas de pantalla. Necesitábamos a gente que pudiese abrazar esa transversalidad de la que hablábamos antes; gente que pudiese abordar sus disciplinas con una mentalidad abierta. Siento que hemos formado un dream team fantástico.

¿Habrá en el Máster algún espacio para la creación audiovisual?

Habrá un pequeño espacio para eso. No quiero confundir a los posibles alumnos, ya que este es un Máster teórico, pero algunas asignaturas sí que contemplarán un cierto trabajo práctico-creativo con las imágenes, por ejemplo, en la creación de videoensayos, o en el trabajo en torno a los videojuegos o la creación en Internet. Además, el Trabajo Final de Máster podrá hacerse en formato puramente teórico o de un modo híbrido, combinando una parte más teórica y otra más creativa.