Fruto de un encargo para televisión y planteada por Jean-Luc Godard como una adaptación imposible de la novela policíaca The Soft Center de J.H. Chase, Grandeza y decadencia… funciona como un ensayo sobre el sabotaje fílmico: una película incapaz de superar su fase de cásting. El enredo lo protagonizan un director de cine de aires bufonescos (Jean-Pierre Léaud) y un productor “arruinado por la ofensiva de las televisiones Comerciales” (Jean-Pierre Mocky): una pareja de secuaces de Godard que se dedican a boicotear toda posibilidad de contar una historia. Así, entre monografías de Jerry Lewis y carteles de películas de Antonioni, Grandeza y decadencia… celebra sin rastro de nostalgia la resistencia fílmica –encarnada en la belleza de los actores y en la posibilidad de una subversión permanente– ante la decadencia de una Sociedad que ha dado la espalda al cine y al arte en general. Tocada por una irreverencia luminosa, esta película redescubierta de Godard convierte un réquiem por el cine moderno en una fiesta del absurdo y en ingenio: treinta años después de su única emisión televisiva, Grandeza y decadencia… conserva intacta su espíritu inconformista y transgresor. Manu Yáñez

Ver Grandeza y decadencia de un pequeño comercio de cine en MUBI