El argentino Gaspar Noé, director de films como Enter the Void o Love, presenta su nuevo trabajo, Clímax, en el Festival de Sitges. Tras una buena dosis de cortometrajes y su debut en el largometraje Solo contra todos (ganador en Sitges 1998 a Mejor Guión) llegaba en 2002 Irreversible, que entró en competición oficial en el Festival de Cannes. Noé no es un cineasta extraño a la provocación e Irreversible, siendo uno de sus filmes más extremos, generó una fuerte división de opiniones a su alrededor. La brutal e ineludible violencia de algunas de sus escenas justifica tal disentimiento. Sin embargo, al margen de ellas y, tal como apunta José Enrique Monterde, la película no deja de ser una reflexión sobre la irreversibilidad de los acontecimientos que, narrados en orden cronológico inverso, contienen a su vez un sugerente enfoque de puesta en escena. “Desde la crispación frenética del comienzo, (…) se va remansando hasta llegar a las formas más canónicas en las secuencias finales, cuando la historia también se reconcentra en la relación de la pareja protagonista. De ese modo Irreversible acaba constituyéndose en una especie de catálogo de soluciones de puesta en escena que si bien resulta justificado por la estrategia narrativa adoptada, no deja de tener mucho de exhibición del llamemos “virtuosismo” de Gaspar Noé.” Júlia Gaitano

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