El más masculino de los actores franceses, Vincent Lindon, compone un personaje a su medida: con más de 50 años, Thierry se queda sin trabajo y empieza entonces una peregrinación humillante por las oficinas de empleo, pasa por varias entrevistas de trabajo y hasta toma un curso de capacitación para aprender a venderse mejor. La ley del mercado, como anuncia el título, se circunscribe a seguir este vía crucis capitalista hasta que Thierry se incorpora como guardia de un supermercado. El director Stéphane Brizé aprovecha enteramente la gestualidad de Lindon, capaz de expresar vergüenza, ira, ternura, indignación a través de su rostro con dos movimientos de cejas y variaciones de su mirada. Se dirá que La loi du marché es un film menor parecido a muchos otros. Es posible que así sea. Es evidente la influencia de los hermanos Dardenne o del primer y aceptable Laurent Cantet. Del mismo modo, cabe reconocer que la película de Brizé otorgó una cierta dignidad a la desigual competencia oficial del Festival de Cannes de 2015, donde se hizo con el premio a Mejor Actor para Lindon. Roger Koza

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