El cine de terror siempre ha sido uno de los mejores termómetros de las inquietudes políticas de cada época. Un caso fundamental es el de La noche de los muertos vivientes (1968) de George A. Romero, disponible ahora en el catálogo de Filmin. Romero tuvo la audacia de compensar la práctica ausencia de presupuesto con el genio y la voluntad de hacer una película gozosa y visceral, y la astucia de concebir las bases de un subgénero que a día de hoy sigue ampliándose. En un germen de lo que luego se conocerían como zombies, los no-muertos de la película se mueven en oleadas de carne sin alma, convertidos en pura volición, e intenten lo que intenten los humanos (¿protagonistas?), siguen acumulándose a la puertas de la granja-refugio donde se esconden. Medio siglo después, los conflictos que encarnaba La noche de los muertos vivientes siguen estando vigentes. La xenofobia, las fronteras físicas y abstractas, la política exterior beligerante como única solución de los países occidentales, la melancolía que general las crisis económicas…, poco ha cambiado todo ello en estos años. Por todos estos motivos, la primera película del tristemente fenecido Romero sigue y seguirá siendo una obra tan disfrutable como reivindicable. David San Juan Bayón

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