Rosalinda surgió del efecto que produjo en mí la lectura de Shakespeare, Viola sumó a ese primer contacto la experiencia de hacer una obra de teatro con esos textos y La princesa de Francia incorpora la memoria y deconstrucción de aquellas experiencias. Los años van pasando y todos vamos cambiando de a poco. Cada película encapsula el estado en el que cada uno de los que las hacemos se encuentra”. Así explicaba en esta misma página a Diego Batlle el director Matías Piñeiro el origen de su tercer acercamiento al universo de los personajes femeninos de Shakespeare en sus comedias. El cuarto, rodado en Nueva York en lugar de Buenos Aires, es Hermia & Helena, que presentará el director en Filmoteca Española y Novos Cinemas a comienzos de julio y que participó en el pasado Festival de Locarno, certamen que puso hace unos años a este cineasta en el mapa mundial de los nuevos creadores a tener muy en cuenta. Con La princesa de Francia se acerca a Shakespeare por el lado de la palabra, cuando un grupo de teatro trata de montar una radio-novela a partir de una adaptación de Trabajos de amor perdidos. Tomando como base el texto de Shakespeare, vuelve a trazar una cartografía perfecta y nada lineal de la relaciones sentimentales en un relato repleto de melancolía sentimental y fuerza narrativa. FB

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