Sí, hay decenas de ensayos autobiográficos, de películas construidas con imágenes caseras tomadas durante años, de gente mirando fotos y hablando de recuerdos, pero pocos, muy pocos con la sinceridad y la gracia (por momentos humor negrísimo) de Las lindas, primer largometraje documental de Melisa Liebenthal (directora del corto Alegría del hogar) que se alzó con el premio de la sección Bright Future del Festival de Rotterdam.

Desde muy pequeña, Liebenthal tuvo la compulsión de filmar (y en algunos caso filmarse) con sus amigas. Ella no era ni la más agraciada ni la más histriónica ni la más simpática (siempre tuvo traumas con su aspecto, sus actitudes y sus posturas), pero nunca dejó de encender la cámara y grabar videos o sacar fotos. Todo ese material de home movies recopilado durante más de 15 años (hoy Liebenthal tiene 24) le permitió elaborar un recorrido por la infancia, la preadolescencia y la primera juventud del grupo. En el presente, ella invita a cada una de sus amigas a recuperar esas vivencias, ya desde la “madurez” de la mirada de unas veinteañeras dueñas de una nostalgia precoz y de una capacidad de autocrítica hilarante. La directora no sólo dialoga con sus interlocutoras sino que además le suma un buen uso de la voz en off para abordar cuestiones como la fotogenia, la seducción, la sexualidad o la depilación femeninas (es un relato de y sobre mujeres en la que algún que otro hombre aparece sólo en un lejano segundo plano).

Con algo de la visceralidad de Tarnation y Girls, Las lindas resulta un film descarnado hasta la autoflagelación, aunque sin perder jamás la honestidad (brutal), la inteligencia ni el sentido del humor irónico para indagar en cuestiones como el lesbianismo, las inhibiciones e inseguridades de la pubertad, los traumas adolescentes o los estereotipos que la sociedad tiene respecto de la imagen de belleza y sexualidad de la mujer. El resultado es siempre natural, fluido, creíble, sin que las situaciones parezcan demasiado construidas (hay sólo unas pocas frases más propias de ensayo sociológico que suenan un poco forzadas, pero que no arruinan los climas logrados).

Las lindas es una película pequeña, noble, hecha con mucho corazón, cariño y sensibilidad. Con esos atributos logra atrapar al espectador/voyeur, que encuentra aquí una rendija para asomarse a la intimidad de ese universo insondable que es la (pre)adolescencia femenina.

Proyección de Las Lindas en Tabakalera (San Sebastián).