Esta pequeña película francesa, la segunda dirigida por Damien Manivel después de Un jeune poète, se estrenó mundialmente en la sección paralela ACID del Festival de Cannes, dedicada al cine francés más independiente. El film pasa de lo encantador a lo misterioso de una manera fluida e intrigante. Es una película pequeñísima que transcurre en un parque y tiene solo tres personajes. En lo que podría considerarse su “primer acto”, conocemos a dos adolescentes que tienen una de sus primeras citas en ese parque y hablan de cosas banales y se hacen las preguntas que se suelen hacer en este tipo de citas mientras caminan por el lugar. Después de unas horas él se va y ella se queda.

Las cosas empiezan a cambiar cuando ella recibe un inesperado mensaje de texto de él que conduce a una larga sesión de mensajes que Manivel filma solo con un plano fijo de la cara de ella y los textos en pantalla. Tras el intercambio empieza otra película, una en la que la protagonista se va internando en el parque por la noche tratando, literalmente, de deshacer lo andado mientras un guardia de seguridad la vigila y/o persigue. Con poquísimos elementos, un gran manejo de los tiempos, yendo del romance al suspense y de regreso al humor (y a empezar todo otra vez), en apenas 70 minutos, Manivel construye una película delicada y sorpresiva, luminosa y oscura a la vez, y sin temer jamás al ridículo.

Proyección de Le parc en La Casa Encendida (Madrid).