Cineasta profundamente política e implicada con la reescritura histórica del pasado reciente portugués, empeñado en ocultar los rastros y la memoria de la dictadura y sus horrores, Susana de Sousa Dias deslumbró al mundo con su segundo trabajo, la sorprendente 48, un trabajo formado exclusivamente por fotografías de archivo a las que de Sousa aplicaba un leve (levísimo) movimiento apenas perceptible, rompiendo las dimensiones temporales y jugando con la pervivencia del mal en el tiempo presente. Su tercer trabajo, estrenado también en el festival francés Cinema du Réel, ha sido un trabajo de larguísima cocción, y recupera algunas de las ideas y formas ensayadas en 48, pero en diálogo con nuevas ideas visuales que persiguen ahondar en ese pozo negro de la memoria. También a través de fotografías antiguas, pero también imágenes en color y planos sobrecodegores de un mar amenazante, la película toma como punto de partida las fotografías hechas por la policía política portuguesa (1926-1974), y pretende mostrar el efecto que tiene un sistema autoritario en la intimidad de una familia, revelando a la vez áreas de opresión que moldean el presente. GdPA

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