La retrospectiva de Aleksandr Sokurov en el centro Bilbao Arte prosigue con la esperada proyección uno de los hitos en su filmografía. Nos referimos a Madre e hijo, su espléndida e inconmensurable elegía sobre la muerte, recitada desde una sobrecogedora vía ascética. El autor de Días de eclipse plasma las últimas horas de vida de una madre que depende del cuidado incondicional que le proporciona su hijo. Alejados del resto de la civilización, los dos únicos personajes de esta breve y minimalista ficción atraviesan valles, prados y bosques, que el autor de Fausto deforma a través lentes especiales, destructoras de la visión romántica del paisaje. Los piadosos gestos, los abrazos prolongados y las afectuosas palabras que emanan de los escuetos diálogos entre ambos personajes, señalan la obsesión del cineasta soviético por tratar la relación de devoción entre miembros de una familia. Madre e hijo es una película perfecta que reflexiona sobre la caducidad del amor, la soledad del ser querido, la crueldad de la muerte y el advenimiento del luto.

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