Tras un largo cautiverio en Siria a manos de un grupo terrorista, un periodista francés (Roman Kolinka) vuelve al hogar. A los pocos días de volver, el periodista decide tomar la baja laboral de forma indefinida. Sin mediar muchos avisos previos, hace las maletas y se dirige a la India. Mia Hansen-Løve nos descubrió, dos años después de su último trabajo, que en su “avenir” estaba Maya. Una fuga; una huida hacia no se sabe (aún) dónde, exactamente. Una película que algunos no han tardado en apuntar su más que posible estatus de “bisagra”, es decir, de transición hacia lo que puede ser una nueva etapa en la carrera de la realizadora parisina. A la espera del siguiente título, que confirmará o desmentirá dicha sospecha, queda ese viaje propuesto aquí, irregular en la concreción de los diversos frentes explorados, pero sin duda interesante en la consolidación del arte de una cineasta que incluso en los momentos en que parece más distante, consigue impregnar sus propuestas de una calidez y de una melancolía a ratos emocionantes. Hay conflicto en ese oasis calmo. Víctor Esquirol

Ver Maya en FILMIN