Última película dirigida hasta la fecha por Nanni Moretti, en Mia Madre el director de La habitación del hijo se reserva un papel secundario. El relato se centra en Margherita, una directora de cine que ha de hacer frente a un rodaje mientras su madre agoniza en un hospital. Pero, pese a lo que pueda parecer, ésta no es una película más sobre la pérdida; o al menos no una sobre la pesadumbre y el dolor que comporta la muerte. Mia madre es dura y emocionante, pero no lo es siguiendo las pautas de un cine de reconciliación. Tampoco es un tratado metacinematográfico, pese a que la protagonista viva la excusa perfecta para ello. En palabras de Manu Yáñez, «Mia madre utiliza su fluir zigzagueante, su relato sin centro, para llevarnos hasta lugares que vale la pena habitar: una habitación de hospital en la que un hijo sirve, delicada y cariñosamente, un plato de pasta fresca a su madre enferma; una calle en la que una joven está aprendiendo a ir en ciclomotor. Maravillosos instantes pasajeros que demuestran hasta dónde puede llegar el cine cuando habla desde la ternura y la sabiduría». Endika Rey

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