La herencia del movimiento surrealista va más allá de la obra expuesta en las vitrinas de los grandes museos. En su día, sus miembros no sólo se dedicaban a la creación de obras de arte, sino que en su tiempo libre inventaron un sinfín de juegos que exploraban las posibilidades del inconsciente, sin ningún fin estético o analítico, sino por pura diversión. Una de sus actividades lúdicas preferidas era el cadáver exquisito, inventado por André Breton en 1925. El diccionario surrealista define esta práctica como la composición de una fábula, o un dibujo, por varias personas, sin que ninguna de ellas conozca las aportaciones del resto de colaboradores. Se trata de un encadenamiento de palabras, o líneas, que darán forma a un futura obra (relato o ilustración), cuyo resultado es fruto del azar. Los surrealistas sabían que la imaginación es el instrumento más poderoso del hombre, además de una facultad que se eleva a la máxima potencia cuando es usada de forma colectiva. En este sentido, si existe un director que concibe la experiencia cinematográfica cual acto de fantasear en comunidad, ese es el tailandés Apichatpong Weerasethakul.

En repetidas ocasiones, el autor de Tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas ha descrito el cine como una ensoñación o alucinación colectiva que germina cuando el público acepta su artificiosidad. Según ha apuntado el director de Blissfully Yours, una película es un espejismo ideado para que el hombre deje de medir el mundo con el filtro de la racionalidad. De este modo, tan sólo en una habitación a oscuras, frente a una tela blanca que proyectará una fantasmagoría en dos dimensiones, el ser humano olvida las leyes de la naturaleza para abrazar lo ilógico. Curiosamente, Apichatpong nunca fue considerado un artista surrealista, a pesar de que su visión del arte coincida con las bases de este movimiento. Sin embargo, su desconocida ópera prima, Mysterious Object at Noon, es un homenaje explícito al Surrealismo que, además, brinda una de las mejores representaciones del cadáver exquisito en el séptimo arte.

Mysterious_2

Tras darse a conocer en el campo del videoarte con obras como Tercer Mundo y 0016643225059, Apichatpong consiguió la beca Hubert Bals Fund del Festival de Rotterdam para dirigir su primer largometraje. A priori, Mysterious Object at Noon iba a ser un documental sobre las minorías tailandesas, en especial, aquellas comunidades a pie de selva que aún no habían abrazado la Modernidad. Por otro lado, el rodaje –fechado entre 1997 y 1998– iba a ser tan azaroso como limitado, dado que el equipo se desplazaría de Norte a Sur del país sin saber qué encontrarían en el camino o a quiénes entrevistarían. Se desconoce por qué Apichatpong cambió el rumbo de su no-ficción, pero en algún momento decidió que el propósito del proyecto sería que sus protagonistas expresaran sus deseos o fantasías más atávicas delante de la cámara. En este sentido, no es casual que el film arranque con la entrevista a una mujer dispuesta a confesar su mayor trauma. Se trata de una vendedora de pescado ambulante de Bangkok que detalla, con suma tristeza, el momento en que su padre la vendió a su tío cuando éste se quedó sin dinero. Sin dejar de filmar, Apichatpong detiene la entrevista y le pide a la chica que cuente otra historia, ya sea real o inventada. La verosimilitud del relato nuevo poco importa en ese momento. El director sólo quiere que la chica se reponga, y deje de llorar, pensando en otra cosa gracias al poder de su imaginación.

Apichatpong defiende que la acción de imaginar es el mejor antídoto para el dolor del alma. Llevar la mente a un estadio metafísico, es decir fuera de la triste realidad cotidiana –ya sea a través de narraciones orales, viendo cine, o con la práctica de la meditación– acelera el proceso de sanación. Erróneamente, a lo largo de dos décadas, se ha incluido la obra del autor de Cemetery of Splendour dentro del cine de género. Pero sus películas no son fábulas fantásticas, sino fragmentos de la realidad tailandesa que incitan a fantasear. Y, como veremos a continuación, Mysterious Object at Noon es el film que expone sus ideales con mayor claridad. Su sobresaliente debut, rodado en 16mm, es un patchwork poético, una colección de fortuitas micro-historias o micro-fantasías individuales, que el autor reúne para advertir al espectador de lo siguiente: estos aldeanos –que los habitantes de la capital llaman analfabetos– son los únicos que han esquivado los estragos psicológicos de la crisis económica y la inestabilidad política de Tailandia al refugiarse en su capacidad de soñar o fabular.

El cadáver exquisito de Mysterious Object at Noon empieza cuando esa vendedora anónima olvida su trágica infancia tras contar la historia de un niño inválido que nunca ha salido de su casa, pero que tiene noticias del mundo exterior a través de su profesora particular. La narración arranca un mediodía cualquiera, cuando la docente se desmaya, y de su falda emerge un objeto misterioso. A partir de ese momento, Apichatpong invita a los próximos entrevistados a continuar el relato con lo primero que se les ocurra. Ancianas, chicas sordomudas, adolescentes muy tímidos y niños pequeños en su hora del recreo retomarán la historia añadiendo alienígenas, estrellas que caen del cielo y se convierten en seres humanos, clones maléficos o el mismo tigre-chamán de Tropical Malady.

Mysterious_3

Cabe señalar que Apichatpong va un paso más allá de los surrealistas, puesto que no se conforma con realizar un cadáver exquisito y documentarlo. Su debut combina escenas donde los entrevistados miran a cámara, narrando sus nuevas aportaciones, con otras escenas en las que unos actores profesionales recrean dichos relatos. En otras palabras, Mysterious Object at Noon muestra la gestación de un cadáver exquisito, paralelamente a la representación del mismo. Pero, tratándose de Apichatpong, la meta-ficción irá in crescendo y, más adelante, la película añadirá imágenes de los actores profesionales escuchando las anotaciones de Apichatpong para mejorar la siguiente toma (como repetiría años después en Syndromes and a Century), así como escenas que documentan el día a día de los narradores amateurs en sus hábitats selváticos.

Mysterious Object at Noon es, en definitiva, el manifiesto de un cineasta-poeta que ya advertía cuáles serían sus próximas incursiones híbridas y metacinematográficas. Además, también sería oportuno considerar su ópera prima como un adelanto de Mekong Hotel –mediometraje que intercala la representación teatral de la historia de una vampiresa que ataca a los huéspedes de un hostal a plena luz del día, con diálogos entre los actores cuando no están rodando y la documentación de la inundación real del Río Mekong–. Así, en su espléndido debut, Apichatpong jugó, por vez primera, a ser el demiurgo de un mundo donde la realidad y la ficción fluyen, esquivando la limitación racional de nuestra mente y las leyes del realismo.