Carlota Moseguí

Después de tres años asistiendo al Americana Film Fest hemos descubierto una tendencia hasta ahora desapercibida en su línea de programación. Tratándose de un festival especializado en cine independiente norteamericano, puede parecer extraño que no se haya mostrado ninguna historia de iniciación (coming of age), uno de los patrones narrativos más más recurrentes del cine indie. No obstante, esta materia es tan redundante que en muchas ocasiones la presencia americana en un festival europeo se reduce a situar en la competición (o fuera de ella) un drama sobre un niño preguntándose cuál es su lugar en el mundo. Por su parte, el Americana Film Fest ha apostado por un modelo de película que representa lo opuesto a ese lugar común. En sus tres ediciones, el certamen barcelonés ha apostado por tragicomedias sobre niños o adolescentes que, negándose a crecer, se embarcaban en una alocada aventura en un bosque o una jungla de asfalto. Así en 2014 descubrimos The Kings of Summer, en 2015 la magnífica Little Feet, y en esta edición ha sido el turno de la ópera prima de Gabrielle Demeestere, Yosemite.

El debut en solitario de esta directora parisina afincada en Nueva York es una adaptación de dos relatos breves de James Franco publicados en A California Childhood. Este libro –que ha inspirado varias historias de iniciación, como por ejemplo Palo Alto de Gia Coppola– ofrece un conjunto de historias sobre jóvenes que fueron marcados por el cambio de mentalidad de la sociedad californiana de los años ochenta y noventa. En este caso, Demeestere ha fusionado los cuentos Yosemite y Peter Parker de Franco –productor e intérprete secundario en el film–, creando una preciosa pieza nostálgica sobre la frágil etapa de la niñez en un lapso de tiempo marcado por los cambios, sobre todo en la esfera tecnológica; pues mientras los padres se evaden con un versión primitiva de Internet, sus hijos se refugian en el mundo mágico de los cómics o en el peligroso parque natural que da nombre al largometraje.

YOSEMITE-2

Igual que Digging for Fire (comentada por Manu Yáñez en su crónica del Americana), Yosemite arranca con el descubrimiento de un cadáver. El deseo de desvelar un misterio –ya sea el de unos huesos encontrados en un jardín en el caso del último largometraje de Joe Swanberg, o el de encontrar al león que se esconde en el inmenso bosque de Yosemite– arrastra a los personajes masculinos de ambos films. Ignorados por unos adultos alienados, Chris (Everett Meckler), Joe (Alec Mansky) y Ted (Calum John) se embarcan en la búsqueda de dicho león, una decisión que traerá terribles consecuencias. Por otro lado, este film presentado en la sección Next del Americana Film Fest, dedicada a las promesas del cine indie, conmueve por la elección del punto de vista de los tres niños de diez años. De este modo, la visión naif de la tragedia evita que la trama caiga en las zarzas del melodrama.