Júlia Gaitano

Aquilo que arde (Todo lo que arde), el tercer largometraje del gallego Oliver Laxe, se rueda esta semana en Tapia de Casariego, Asturias. Como recoge el medio español Audiovisual 451, la película lleva varias semanas de rodaje en diferentes localizaciones de Lugo y Orense. Tras las aclamadas por la crítica Todos vós sodes capitáns (2010) y Mimosas (2016), Gran Premio de la Semana de la Crítica en Cannes, Aquilo que arde es el primer film de Laxe rodado en España. La trama gira entorno del mundo rural español a través de dos historias: por un lado, Amador, un pirómano que acaba de salir de la prisión, se reúne con su madre en un pequeño pueblo de Os Ancares (Lugo). Un devastador fuego arrasa la comarca. Por otro lado, dos brigadistas antiincendios primerizos, Lois y Federico, se enfrentan al mismo fuego al otro lado de la montaña.

La película, que producen Miramemira (España) y 4 A 4 Productions (Francia), está coguionizada por el propio Laxe y Santiago Fillol, coguionista a su vez de Mimosas, y cuenta con Diego Romero como director de fotografía. Se pudieron ver unas primeras imágenes del film en el Festival Internacional de Cine de Ourense (OUFF) en octubre del año pasado. Dichas imágenes fueron el resultado de la colaboración de Laxe con las brigadas antiincendios de Toén (Ourense), durante salidas nocturnas reales de los brigadistas. Tal como Otros Cines Europa pudo recoger en las primeras informaciones que recibimos del largometraje, el cineasta franco-español tiene como uno de los objetivos “despertar esta pulsión de atracción del espectador ante el fuego” y, apunta en el diario 20 minutos, “no buscaré culpables, que es un poco lo que la gente desea”: en Aquilo que arde, Oliver Laxe reivindica “los silencios, la ambigüedad de las imágenes y los gestos”.