Uno de los “padres” del cine experimental (o underground, si se prefiere) norteamericano, además de referencia esencial del cine diario, demuestra con esta película que no solo sigue vivo, sino que mantiene intacta, y con el mismo poder de contagio, la energía con la que se inició en el cine, allá por los años sesenta. Mekas, firme defensor de un cine pegado a la vida, que se mezcla y se empapa de ella, retoma imágenes descartadas de sus anteriores películas-diario, en un viaje en el tiempo y por la memoria, aunque como el mismo Mekas explica en la narración, “Esta no es una película sobre los recuerdos. Los recuerdos se han ido. Las imágenes son lo único que queda. Ellas solas son la verdad”. GdPA

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