El cineasta austríaco Ulrich Seidl inauguró su polémica trilogía sobre las vacaciones (poco éticas) de los perturbados ciudadanos de Viena en la sección oficial del Festival de Cannes de 2012 con Paraíso: Amor. Si bien cada uno de los tres volúmenes está protagonizado por una mujer de la misma familia (madre, tía e hija), en este primer tomo nos hallamos ante la explícita exposición de la breve estancia de la materfamilias en Kenia practicando turismo sexual. Sin embargo, el director de Días perros no abarca este fenómeno políticamente correcto a través del drama convencional, como propuso Laurent Cantet en Hacia el sur. Paraíso: Amor es una comedia negra con una puesta en escena impactante que no busca la provocación. Más bien el largometraje procura una burla inteligente, una singular crítica social y una oscura documentación antropológica: tres elementos esenciales que Seidl emplea, en todos sus documentales y ficciones, para ahondar en los abismos oscuros del ser humano. Carlota Mosseguí

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