David San Juan Bayón

Aunque hace unos meses Paul Thomas Anderson era noticia por su colaboración con la banda indie Haim, el californiano seguía manteniendo el secretismo sobre su próxima película, que finalmente llevará el título en español de El hilo invisible. Si bien en Estados Unidos se estrenará el día de Navidad, aquí tendremos que esperar para verla hasta el 2 de febrero. Ahora, el director de Boogie Nights ha concedido una extensa entrevista para la revista Entertainment Weekly donde desgrana los pormenores de la que presumiblemente será la última obra de Daniel Day-Lewis antes de su anunciado retiro.

La segunda colaboración entre ambos llega una década después de Pozos de ambición. Esta vez el actor británico-irlandés dará vida a Reynolds Woodcock, un modisto del Londres de 1950. Woodcock conocerá a Alma (interpretada por la actriz luxemburguesa Vicky Krieps), que será a la vez amante, musa y obsesión del diseñador. El tercer personaje en discordia es el de Cyril Woodcock, hermana de Reynolds, que interpreta Lesley Manville. Cuestionado sobre los vaivenes con el nombre de la película, cuyo título provisional Phantom Thread se ha convertido en el definitivo, Anderson comenta: “Era el nombre de la producción, y parecía que funcionaba. Pero esperábamos que hubiera algún otro que también pudiera hacerlo. Me gustaría poder decir que fue algo más estratégico y misterioso, pero solo fue un caso de indolencia y de esperar a ver cómo salían las cosas. Lo juro”.

En la entrevista, Anderson también comenta el hecho de que la película se haya saltado el circuito habitual de festivales: “No fue una decisión deliberada. Esta es mi primera película en mucho tiempo en la que no tengo un calendario relajado de montaje. La terminamos de rodar en abril. Estaremos acabándola justo a tiempo para su estreno, así que no hubo la oportunidad de ir a donde normalmente iríamos, como Nueva York, Venecia o Toronto, y todos esos sitios. La película, simplemente, no está terminada”.

Sobre el origen del film, Anderson apunta que se trata de “una idea nueva, de los últimos años. Algunas de las películas que he hecho eran ideas que llevaba rumiando hacía tiempo. En este caso, no tenía demasiado conocimiento o interés por el mundo de la moda, hasta que descubrí la figura de Cristóbal Balenciaga. Llevaba una vida muy monástica, completamente absorbido por su trabajo, a veces a costa de otros ámbitos de su vida. Nuestro personaje ha acabado siendo algo muy distinto. La historia plantea la pregunta de qué ocurriría con un personaje como este si su vida se quebrase. Habitualmente, es el amor el que lo hace algo así”.

“No es una historia de amor típica. Desde luego es peculiar. Muchos directores han intentado, sin éxito, hacer su Rebecca. Seguramente yo sea el próximo en la cola, pero es una historia distinta. Soy muy aficionado a las grandes películas de romances góticos al estilo de los viejos maestros. Lo que me gusta de este tipo de historias de amor es que eran muy intrigantes. Una buena ración de suspense con una historia de amor es una combinación agradable”.

Sobre volver a repetir la colaboración con Daniel Day-Lewis, tras el éxito de Pozos de ambición, el director de Magnolia apunta: “Supongo que siempre es arriesgado intentar repetirlo (…) Pero me parecía una locura no aprovechar la oportunidad (…) El proceso de escritura fue conjunto. Yo le iba dando cosas según las escribía. Más allá de escribir todo el guion e intentar impresionar a Daniel, colaboré con él en cada paso, lo cual fue muy provechoso a la hora de crear la historia y el personaje. Pero a la vez, fue increíblemente práctico cronológicamente porque le dio a él la oportunidad de prepararse para lo que tenía que aprender sobre cómo interpretar a un diseñador”.

Una de las pocas noticias que conocíamos acerca del nuevo film de Anderson era que había prescindido de un director de fotografía. Acerca de esto, el autor de The Master comenta lo siguiente: “Debería aclararlo. No sería sincero decir que yo he sido el director de fotografía de la película. He trabajado con un grupo de colaboradores en mis últimas películas y en otros proyectos más pequeños. Y, en Inglaterra, hemos sido capaces, de algún modo, de trabajar sin director de fotografía. Los directores de fotografía con los que trabajo normalmente no estaban disponibles, y optamos por trabajar como un equipo. Sé cómo orientar la cámara en una buena dirección, y alguna cosa más. Pero no soy director de fotografía”.