A medio camino entre el cine-ensayo y el ejercicio poético, Penèlope, la nueva película de Eva Vila Purtí, sumerge al espectador en una exploración del transcurso del tiempo que tiene tanto de conceptual como de sensorial. La pausa con la que la directora del documental Bajarí explora la orografía, las costumbres y los rostros que pueblan Santa María D’Oló (al norte de la provincia de Barcelona) se hermana con la capacidad para articular imágenes simbólicas, algunas surgidas de la puesta en escena, como cuando se superponen el rostro de un hombre viejo, unas telarañas y unos susurros procedentes del pasado, y otras surgidas del artificio cinematográfico, cuando se solapan dos rostros, uno viejo y el otro joven, mientras una voz en off expone el miedo a reencontrar al ser amado y que este no te reconozca. Un frase extraída de La odisea de Homero, que hace las funciones de hilo conductor de una película que toma como quebradizo hilo narrativo el retorno de Ulises a Ítaca y la larga espera de Penélope, dos figuras que Vila Purtí utiliza como mediadoras de una reflexión sobre la vejez, la prevalencia de la memoria y la naturaleza cíclica de la existencia. Manu Yáñez
Programación completa del Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes