Manu Yáñez

Repare Bem, el emotivo documental de la directora, actriz y cantante Maria de Medeiros, se abre con el conocido mandamiento que José Saramago inscribió en su Ensayo sobre la ceguera: “Si puedes mirar, ve. Si puedes ver, repara”. Con esta cita, de Medeiros apela a un proceso de reparación histórica, el vivido por las víctimas y familiares de los represaliados por la dictadura militar que azotó Brasil desde 1964 hasta 1985. Aunque más que “mirar” o “ver”, Repare Bem propone al espectador un ejercicio de escucha. En este sentido, algún despistado podría definir la película como un convencional documental de bustos parlantes, sin embargo, de Medeiros se mantiene a una distancia prudencial del academicismo. Rigurosa en su decidida apuesta por un cine de la palabra, de Medeiros reniega del uso de la voz en off. Los documentos gráficos también son contados. Lo preponderante son las voces de Denise Crispim y Eduarda Ditta Crispim Leite, esposa e hija del militante de la lucha armada Eduardo Leite “Bacuri”, muerto hace 25 años, después de 109 días de tortura.

Repare Bem trae al recuerdo los trabajos canónicos sobre memoria histórica de Claude Lanzmann o Jean Eustache (Numéro Zéro), aunque el método de la realizadora portuguesa es menos radical. Su tendencia a entrecortar las entrevistas a través del montaje –en parte para dinamizar los testimonios y también, suponemos, para eliminar sus intervenciones en las entrevistas– resulta un tanto contraproducente. Fascinado por la trágica crónica de la destrucción de una familia a manos de un régimen fascista, el espectador puede echar en falta una mayor pausa en esa escucha atenta que propone la directora. A la postre, más allá de estas cruciales cuestiones de forma, Repare Bem tiene el mérito de componer un torrencial relato en primera persona de torturas, exilio y muerte, y al mismo tiempo establecer una distancia respecto al objeto de estudio que permite al espectador sacar sus propias conclusiones. Así, la indignación que provoca la acumulación de injusticias y agresiones traumáticas sufridas por las Crispim no anula la observación crítica de las sombras del extremismo político. En un momento revelador, Denise, la madre, relata la “furia leonina” que sintió al escuchar a su padre, con el que se reencontraba después de nueve años, referirse a su nieta como una “hija de la revolución”. A un lado, la crueldad inhumana del régimen fascista. Al otro, un radicalismo que ensalzaba la “utilidad” del sacrificio personal absoluto o la muerte justa.

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En paralelo a la crónica personal y la “escritura” (más crítica que monumental) de un testimonio histórico, Repare Bem reflexiona en presente sobre el reconocimiento y reparación de las heridas históricas. De Medeiros presta especial atención al proceso de restitución de la figura de Eduardo Leite “Bacuri” por parte del estado brasileño. Un ejercicio de justicia histórica canalizado a través de la Comisión de la Verdad del Ministerio de Derechos Humanos. Centrándose en lo personal –la filmación del acto en el que el Estado Brasileño pidió perdón a Denise y Eduarda–, Reparem Bem deja constancia del único camino posible hacia la construcción de una auténtica democracia: el reconocimiento oficial de los crímenes del pasado. Un ejemplo que pone inevitablemente de manifiesto las carencias en materia de memoria y justicia histórica del Estado español en referencia a los crímenes de la Guerra Civil y la dictadura franquista.