Sans toit ni loi fue un punto de inflexión en una fase especialmente complicada de la la carrera de Varda, y fue además su primer largometraje de ficción en casi diez años, desde One Sings, the Other Does not (1977). Entre 1979 y 1981, Varda había intentado sin éxito filmar una película en Los Ángeles y había realizado siete películas documentales y varios films-ensayo, antes de embarcarse en Sans toit ni loi. La película resultó ser una de sus obras más exitosas, ganando el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia de 1985 y el César a la mejor actriz César para Sandrine. La película, en la que según la propia directora quería filmar “qué significan la libertad y la suciedad”.GdPA

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