Página web del D’A Film Festival Barcelona (26 abril – 6 mayo)

EN ATTENDANT LES HIRONDELLES. Karim Moussaoui. 113 minutos. Francia, Argelia, Alemania (2017). Con Mohamed Djouhri, Hania Amar, Hassan Kachach

Construido como un tríptico moral de alcance social, En attendant les hirondelles del argelino Karim Moussaoui sabe transitar de la observación distanciada a la implicación afectiva con gran elegancia. Así, mientras otros films episódicos naufragan por culpa de sus desequilibrios, Moussaoui logra que las cimas expresivas de la película sostengan, e incluso eleven, sus zonas más penumbrosas. En este sentido, el arranque de la película podría generar ciertas dudas debido a la distancia, mesuradamente quirúrgica, que se percibe entre la mirada del director y la peripecia de su protagonista, un hombre mayor que se ve expuesto a uno de esos incidentes característicos del cine de Michael Haneke o Asghar Farhadi, que ponen patas arriba la endeble armonía del universo burgués. Un distanciamiento que alimenta el carácter analítico de la película, que extiende sus tentáculos hacia múltiples ámbitos: el aura patriarcal de las dinámicas familiares, los conflictos intergeneracionales, la corrupción del mundo empresarial y un desconcierto moral que aflora en la negativa del protagonista a implicarse en las penurias ajenas.

En este primer capítulo, la mirada de Moussaoui parece adoptar una cierta altivez, sin embargo, la sombra del moralismo se desvanece en el pletórico segundo episodio del film, donde se retrata un reencuentro entre dos examantes en el que laten los ecos del mejor cine romántico de las últimas décadas. En los inciertos paseos de la pareja –tocados por la equidistancia respecto al deseo y la pesadumbre– reverberan tanto el tono juguetón de aquellas caminatas en plano general del cine de Abbas Kiarostami como la gravedad confidencial del inolvidable encuentro en Japón de los examantes taiwaneses de Yi Yi de Edward Yang. Y luego, cuando se abre la posibilidad de la (re)seducción, con la mujer bailando en la distancia, un plano de acercamiento sobre el hombre trae a la memoria el “Baby, you’re gonna miss that plane” de Antes del atardecer de Richard Linklater. Por si todo esto fuera poco, esta intimista odisea romántica, que transcurre lejos del ruido de la urbe, se enmarca entre el vuelo operístico impuesto por el Ich habe genug de Johann Sebastian Bach y un aporreante y frontal interludio musical protagonizado por la reencarnación de la banda callejera que lideraba Denis Lavant en Holy Motors. Manu Yáñez

VILLAGE ROCKSTARS. Rima Das. 87 minutos. India (2017). Con Bhanita Das, Basanti Das.

Dhunu tiene apenas 10 años y vive sola con su madre viuda en un remoto pueblo rural del nordeste de la India en condiciones más que precarias. Más allá de los rigores del lugar (azotado incluso por fuertes inundaciones) y del machismo imperante, nuestra pequeña heroína es firme y tenaz en sus convicciones y deseos: por ejemplo, conseguir una guitarra eléctrica para tocar y cantar en una banda. Tras su debut en el largometraje con Man with the Binoculars (2016), la actriz, guionista, productora y directora Rima Das construye una película con buenas dosis de gracia y encanto que se sumerge por momentos en las aguas del crowd pleaser inspiracional, pero que por suerte no se encapricha con excesos demagógicos y pintoresquistas tan propios de lo que se conoce como pornografía de la pobreza. Se trata, por lo tanto, de un acercamiento sensible y directo (con elementos propios del documental) a las penurias y a los sueños de una niña que llega a sus rituales de iniciación para convertirse luego en mujer y de una sociedad dominada por las inclemencias, las dificultades y la marginación. Diego Batlle

GUTLAND. Govinda Van Maele. 107 minutos. Luxemburgo, Alemania, Bélgica (2017). Con Vicky Krieps, Frederick Lau, Pit Bukowski. 

Jens (Frederick Lau) es un alemán que llega con lo puesto a una pequeña y aparentemente apacible comunidad rural de Luxemburgo aparentemente en busca de trabajo. La reiteración de lo aparente es adrede, ya que se trata de un intenso y por momentos fascinante thriller sobre las apariencias con elementos propios del cine noir y un tradicional esquema de poblado pequeño e infierno grande. Nuestro curtido y enigmático antihéroe consigue empleo en una granja ayudando en la cosecha de maíz u ordeñando vacas, y lo mandan a vivir a una casa rodante. Pero hay algo oscuro en su pasado (y en su horizonte). Un dinero de dudosa procedencia y algunas visitas inesperadas complicarán su situación. Y, como en todo buen noir, aparecerá también una atractiva mujer, Lucy (Vicky Krieps, vista en El hilo fantasma), que empezará a derretir el corazón del duro protagonista. El sexo y la violencia se irán incrementando, como así los resquemores de los locales respecto de los “extranjeros”, en una apuesta que se va tornando cada vez más oscura y surreal. Aunque hay ciertos aspectos en la resolución que no son del todo convincentes, el luxemburgués Van Maele regala un buen exponente de género con la codicia, la culpa y la redención como motores. Diego Batlle

ARABIA. Affonso Uchoa y João Dumans. 97 minutos. Brasil (2017). Con Aristides de Sousa, Murilo Caliari, Gláucia Vandeveld. 

André y Cristiano viven en un pueblo de Brasil llamado Ouro Preto. Apenas se conocen. Sin embargo, cuando Cristiano muere a causa de un accidente en la fábrica de aluminio donde trabaja, el azar hará que el pequeño André recorra los últimos veinte años de la vida del obrero gracias a la aparición de un manuscrito que la película Arábia se encargará de poner en escena. Un giro que evoca el sorprendente cambio de la primera a la segunda parte de Tabú del portugués Miguel Gomes. La primera película dirigida a cuatro manos por los brasileños Affonso Uchoa y João Dumans es una maravillosa cinta de raíces neorrealistas que aborda escenas cotidianas de lo más trágicas con suma ternura y delicadeza, suavizando así su carga melodramática. El film no pretende exaltar la desdicha de los personajes, sino plasmar el sentimiento de soledad y melancolía que los envuelve y los acompaña en su lucha por la supervivencia.

Arábia retrata un Brasil donde la pobreza económica ha superado sus fronteras y, ahora, carcome el alma de su gente. La escritura, que debiera ayudar al protagonista a deshacerse del recuerdo de su amada, termina causando un efecto imprevisto: despertarle de su alienación mientras rememora su vida. En las últimas páginas de las memorias de Cristiano, el personaje confiesa que sólo cuando deja de escuchar el sonido del metal de la fábrica consigue oír el latido de su corazón. Justamente Uchoa y Dumans dejarán en fuera de campo la muerte inicial de Cristiano para que esta deslumbrante película nos deje con una única incógnita: ¿Tuvo Cristiano un accidente o, en realidad, murió de pena? Carlota Moseguí

INVISIBLE. Pablo Giorgelli. 87 minutos. Argentina, Francia (2017). Con Mora Arenillas, Diego Cremonesi, Paula Fernandez Mbarak.

Ely (Mora Arenillas) tiene 17 años y transita la etapa final del colegio secundario. Además, trabaja como empleada de una veterinaria, ya que su madre sufre una depresión crónica y se ha quedado sin empleo. Vive en un barrio humilde y mantiene relaciones casuales con hombres bastante mayores que ella. Producto de uno de esos encuentros queda embarazada y la situación de soledad y descontento que ya tenía se potencia y se amplifica aún más. Este es el punto de partida de Invisible, segundo largometraje de Pablo Giorgelli que mantiene la austeridad, el pudor, la sensibilidad y el encanto de Las Acacias, aunque también un excesivo control sobre los materiales. Una contención y prolijidad que por momentos le juega a favor y en otros pasajes no tanto.

Giorgelli es un director elegante, minucioso, preciso y, sobre todo, honesto. No juzga, no manipula, intenta que su cine sea lo más natural y cristalino posible. Eso no quiere decir que Invisible carezca de riesgo, de potencia y de capacidad de denuncia (nunca explícita). El derrotero de Ely por centros de salud, farmacias, clínicas clandestinas y proveedores de medicamentos exponen la crueldad e injusticias que deben sufrir a diario miles de mujeres con embarazos no deseados. Pero Invisible está lejos de ser una película militante, porque su foco está puesto en el drama íntimo de esta adolescente de clase media y, para ello, Giorgelli es consecuente y fiel en el punto de vista de ella. Nos enfrentamos al mundo (su mundo) a través de su prisma y debemos entender cada una de sus decisiones (cuestionables o no) desde la perspectiva de una chica de 17 años que atraviesa una experiencia límite. La película es dura sin caer en la sordidez, es conmovedora sin apelar al golpe bajo, y el convulsionado universo adolescente de hoy está descripto con un tono justo, ni horrorizado ni paternalista. Diego Batlle

PERSON TO PERSON. Dustin Guy Defa. 84 minutos. Estados Unidos (2017). Con Abbi Jacobson, Michael Cera, Tavi Gevinson.

Tras su prometedora ópera prima Bad Fever (2011), Dustin Guy Defa presentó en Sundance y Locarno este film coral ambientado durante una única jornada en las calles, oficinas, departamentos y negocios de Nueva York. Si en principio la apuesta suena a lugar común cabe decir que la mayoría de las situaciones (laborales, afectivas) funciona bastante bien. Tragicómica y un poco perversa, aunque sin cargar demasiado las tintas, Person to Person tiene a varios intérpretes reconocidos (Philip Baker Hall, Isiah Whitlock Jr., Benny Safdie, Michael Cera, Abbi Jacobson) en personajes no tan reconocibles y precisamente en esa audacia, en no ir siempre a lo seguro, reside uno de los principales valores de una película inevitablemente irregular, pero muy llevadera, que tiene desde casos policiales hasta obsesiones sexuales, trampas, pequeñas estafas y cuestiones siempre encantadoras como las de los coleccionistas de vinilos. Diego Batlle