Figura central de la vanguardia neoyorquina desde los años sesenta y setenta, Tony Conrad murió el pasado abril de 2016, hace ahora un año, dejando huérfano a todo un movimiento artístico que él abordó de maneras muy diversas, primero como cineasta, formando parte fundacional del cine estructural (su película The Flicker es una pieza central, teórica y práctica, de cómo el cine estructural llevó al extremo las posibilidades artísticas del puro aparato técnico cinematográfica), pero también como musico, creador, artista total. Amigo, colaborador y contemporáneo de nombres como John Cage, Jack Smith, o la mítica Velvet Underground, en la que estuvo de manera más o menos directa implicado: el nombre nació de un libro que él tenía en su apartamento, y antes de la fundación del grupo, él formaba parte de la banda de la que nacería la Velvet. Este documental recorre más de 40 años de trabajo artistico, reivindicando una figura total e imprescindible. GdPA

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