Mejor Película: El irlandés, de Martin Scorsese.

Mejor Dirección: Pietro Marcello, por Martin Eden.

Mejor Dirección Revelación: Belén Funes, por La hija de un ladrón.

Mejor Actriz: Vitalina Varela, por Vitalina Varela.

Mejor Actor: Ex aequo para Willem Dafoe y Robert Pattinson en El faro (The Lighthouse).

Mejor Actriz Secundaria: Rebecca Ferguson, por Doctor Sueño.

Mejor Actor Secundario: Martin Lawrence, por The Beach Bum.

Mejor Actriz Revelación: Maria Rodríguez Soto, por Els dies que vindran.

Mejor Actor Revelación: Luca Tufano, por L’apprendistato.

Mejor Montaje: Ne croyez surtout pas que je hurle, de Frank Beauvais.

Mejor Guion: Los consejos de Alice, de Nicolas Pariser.

Mejor Fotografía: Claire Mathon, por Retrato de una mujer en llamas.

Mejor Película de Animación: ¿Dónde está mi cuerpo?, de Jérémy Clapin.

Mejor Documental: La muerte de Hammarskjöld, de Mads Brügger.

Mejor Cortometraje: It Has To Be Lived Once and Dreamed Twice, de Rainer Kohlberger.

Mejor Cortometraje de Animación: Fool Time Job, de Gilles Cuvelier.

Mejor OCNI (Objeto Cinematográfico No Identificado): Krabi, 2562, de Ben Rivers y Anocha Suwichakornpong.

Mejor Joya Recuperada: Billy the Kid and the Green Baize, de Alan Clarke, proyectada en el Festival de Sevilla en el ciclo Melodías Excéntricas, dedicado a la heterodoxia del musical europeo.

Mejor Personaje: El jefe de policía encarnado por Roschdy Zem, brújula moral de la siniestra Roubaix, une lumière, de Arnaud Desplechin.

Peor Experiencia Cinematográfica: Ex aequo para The Golden Glove, de Fatih Akin y Cats, de Tom Hooper.

Mejores Reconciliaciones: El inesperado flechazo por la Greta Gerwig directora, gracias a sus Mujercitas, y el gozo que me produjeron El amor está en el agua, de Masaaki Yuasa y Annabelle vuelve a casa, de Gary Dauberman, mi personal reconciliación con el “Warrenverse”.

Película que me ofreció más resistencia: The Souvenir, de Joanna Hogg.

Una de cal y otra de arena: Jayro Bustamante por Temblores y La llorona.

Mejor Momento Musical: Adam Driver cantando el Being Alive del musical Company de Stephen Sondheim en Historia de un matrimonio.

Experiencia Más Sanadora: Les enfants d’Isadora, de Damien Manivel.

Experiencia Más Radical: Liberté, de Albert Serra.

Experiencia Más Lisérgica: Bliss, de Joe Vegos.

Benditas sorpresas: El crack Cero, de José Luis Garci; Le Mans ‘66, de James Mangold; Klaus, de Sergio Pablos; y Swallow, de Carlo Mirabella-Davis.

Siempre en forma: La “japan madness” de Sion Sono en The Forest of Love y Takashi Miike en First Love; el amor igualmente loco de Fabrice Du Welz en Adoration.

Fuego en el cuerpo: Mariana Di Girolamo y Pablo Larraín en Ema.

Órdago al orden social: Parásitos, de Bong Joon-ho; Joker, de Todd Phillips; Nosotros, de Jordan Peele.

Señales de vida: Jonathan Glazer con el corto The Fall.

Elocuentes en su silencio: Bas Devos en Ghost Tropic; Andreas Horvath en El viaje de Lillian; Elia Suleiman en De repente, el paraíso.

Talento confirmado: Hlynur Palmasson en A White White Day.

Los más listos de la clase: Ari Aster por Midsommar y Michael Angelo Covino por The Climb.

Cuanto más, mejor: John Wick: Capítulo 3 – Parabellum y Toy Story 4, de Josh Cooley.

Película que más ganas tenía de ver en 2019… pero que no podré ver hasta 2020: Uncut Gems, de los hermanos Safdie.