Cuando el marido y la hija de Julie (Juliette Binoche) mueren en un accidente de tráfico, el mundo de esta se viste de azul. El color la acompaña durante todo el proceso de duelo, en el que se deshará de su pasada identidad para recobrar una cierta “libertad”. Cuando Krzyzstof Kieslowski emprende su trilogía de los colores, se rige por la simbología en la bandera francesa: azul, blanco y rojo; libertad, igualdad y fraternidad. Tres colores: Azul se centra en el primero de los ideales revolucionarios, con elementos relacionados con esa simbología tiñendo su puesta en escena. Según el propio Kieslowski, Azul es la historia del precio que pagamos por la libertad, que en el caso de Julie resulta ser increíblemente alto y duro de sobrellevar. Binoche concentra toda la atención de la narración y el plano, en una interpretación sutil que le valió el Premio a Mejor Actriz en el Festival de Cine de Venecia. El film, ganador asimismo del León de Oro, encabeza dicha trilogía, cuya segunda y tercera partes cuentan con musas francesas particulares: Julie Delpy e Irène Jacob, respectivamente. Júlia Gaitano

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