Carlota Moseguí

Han transcurrido alrededor de tres décadas desde que el director taiwanés de origen malasio Tsai Ming-liang y el que se convertiría en su actor fetiche, Lee Kang-sheng, trabajaron juntos por primera vez en All the Corners of the World. En los últimos tiempos, el autor de Vive l’amour se encontraba en una especie de ahogo creativo, realizando variaciones sobre un mismo tema e imagen: cortometrajes sobre un monje (siempre interpretado por Lee Kang-sheng) desplazándose por las grandes metrópolis del globo terráqueo. En medio de esta monotemática etapa de su filmografía, Tsai dirigió Stray Dogs, una obra maestra, galardonada con el Gran Premio del Jurado de la antepenúltima Mostra veneciana, cuyo rodaje y montaje le causaron graves problemas de salud, a nivel físico y psicológico.

Dos años después de la premiere de Stary Dogs, Tsai retorna al festival italiano con un insólito documental en el que revela su yo más íntimo. En Afternoon, el director de The Hole no sólo describe su coqueteo con la muerte durante la postproducción de Stray Dogs, sino que también ensalza su irremediable devoción por Lee Kang-sheng e, incluso, hace pública su homosexualidad por primera vez. Este largometraje de no-ficción, exhibido fuera de competición, tiene un planteamiento muy simple. Se trata de cinco planos secuencia sobre una conversación entre Tsai y Lee Kang-sheng, que tiene lugar durante de dos horas y media, en un extraño lugar en ruinas.

Al parecer, el motivo de este encuentro es la celebración de la compra de esa casa destruida, así como la inclusión de Stray Dogs en la colección de un museo de renombre. Sin embargo, el autor de El sabor de la sandía se dispone a convertir el apacible coloquio en una reunión emotiva. Durante todo el metraje, Tsai será incapaz de frenar su necesidad de expresar la profunda admiración que siente por Lee, la persona que más idolatra en este mundo. De esta manera, como si se tratara de la versión documental de la última ficción de José Luis Guerin, L’accademia delle muse, Tsai define los parámetros del amor que un artista siente por su musa.