Olivier Assayas, antiguo crítico de cine devenido en cineasta posmoderno, y durante unos años, emblema de ciertas exploraciones meta-cinematográficas, entregó su película más ¿accesible, popular, abierta? con Viaje a Sils María, protagonizada por una siempre deslumbrante Juliette Binoche, musa del cine francés de autor contemporáneo, y rostro esencial para continuar con su trabajo de exploración de los entresijos del arte cinematográfico, y en concreto, en palabras de Manu Yañez en su crítica en esta misma web, “en Viaje a Sils María –una relectura de Eva al desnudo de Joseph L. Makiewicz– el director de Carlos utiliza la idea del laberinto narrativo para explorar algo más concreto: el turbulento universo interior de una actriz de éxito internacional, Maria (Juliette Binoche). Una veterana intérprete que deberá afrontar la inexorabilidad del paso del tiempo y del relevo generacional, encarnado simbólicamente por su joven asistente (Kristen Stewart) y literalmente por una joven estrella de cine norteamericana (Chloe Grace Moretz)”. Un trabajo entre el exhibicionismo autoral y el trabajo con la delicadeza cinematográfica, en este caso de carácter emocional. GdPA

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