En su anterior película, The Heart Is A Dark Forest, Nicolette Krebitz narraba la emancipación vital de una mujer adulta, desencadenada por el descubrimiento de la familia secreta de su marido. Ahora, nueve años después, la cineasta alemana ha desplegado una trama similar en Wild, una singular obra de terror psicológico. La protagonista de este tercer largometraje es una joven que experimenta una revelación sobre su lugar como mujer en el mundo al entrar en contacto con una fiera que merodea por su vecindario. En Wild, Krebitz acota y radicaliza el discurso feminista dirigiéndolo hacia una senda extremista que literalmente se fundamenta en el odio al género masculino. En este sentido, la progresiva transformación de la protagonista da pie a una vendetta imparable contra todo aquello que representa el sistema patriarcal, iniciando un espiral erótico-violenta que remite a la película culto francesa Baise-moi. Según Krebitz, una mujer liberada es una mujer enamorada de su lado salvaje. Un veredicto que la directora plasma de forma metafórica a través de la historia de amor macabra entre Ania (interpretada por la sensacional Lilith Stangenberg) y un lobo. Transgresora, incómoda y fascinante, Wild se erige en una revisión del mito de La Bella y la Bestia en clave feminista, con ecos de Repulsión, la obra maestra de Roman Polanski. Carlota Moseguí

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