A primera vista, resulta inevitable trazar una relación entre Las amigas de Ágata, Júlia Ist y Yo la busco, ya que las tres comparten orígenes y características que las hacen susceptibles de agruparlas en un movimiento aún sin definir. Películas que comienzan siendo un proyecto fin de carrera, que salen de la Universidad Pompeu Fabra y terminan recorriendo diversos festivales de cine. Podríamos añadir que están dirigidas por mujeres, y que están protagonizadas por jóvenes que representan una generación (denominada, para bien o para mal, millennial). Pero sería injusto negar que, a pesar de las relaciones que pueden extraerse, cada cual goza de una personalidad diferenciada. Al inicio de Yo la busco una melodía arabesca nos sitúa de golpe en una Bercelona multicultural que se abre al espectador en toda su esencia. No resulta fácil meterse en berenjenales a la hora de mostrar relaciones amorosas complejas, que aporten otro ángulo diferente. Todo ello hace que la película no deje de ser una rareza fuertemente apegada a lo cotidiano. Laura Carneros

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