Hubo muchos western antes que éste, y vendrían varios centenares después. Sin duda, el género fue uno de los más populares hasta la década de los sesenta, donde vivió un período de declive, que derivó en líneas tangenciales –del ‘spaghetti’ europeo, pasando por el post-western y acabando en los momentos crepusculares brindados por Eastwood o Kasdan- que, sobre todo, afianzaron toda una mitología alrededor de este tipo del films. Si se trata de encontrar el momento de madurez del género, se podrían citar varias obras, pero si hablamos de momento fundacional La diligencia (1939) figuraría en casi todas las apuestas. Este ‘road-western’, por así denominarlo, abrió paso a la iconografía propia del Oeste, poniendo a John Wayne al frente de lo que se considera un cowboy al uso y a Monument Valley como un escenario tan árido como apropiado para la acción. Pero por lo que realmente ha trascendido en la historia es por el análisis del comportamiento del individuo al frente (y dentro) de un grupo, algo que cinematográficamente ha llegado a la actualidad y que ha calado en otros géneros. ¿No son las películas de terror y acción de ‘serie B’ de Carpenter revisiones de esta situación? Pues claro, y por eso funcionan como lo hacen. FB

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