Ahora que la tercera temporada de Twin Peaks se ha convertido en el gran acontecimiento fílmico del año, es un buen momento, inmejorable incluso, para volver a ver la que en su momento se consideró como la “tercera” temporada, estrenada únicamente en cines, y en forma de película, de la serie que marcó a fuego lento a generaciones de cinefilos. Twin Peaks: Fuego camina conmigo, que se presentó en el Festival de Cannes de 1992, venía a ser esa tercera temporada que Lynch no pudo/quiso hacer para televisión, y el espacio en donde dio rienda suelta a su narrativa más perversa y enrevesada. Auténtico galimatías narrativo y visual, Twin Peaks: Fuego camina conmigo es, al menos, de esas películas que tienen la capacidad de generar un magnetismo sin igual. Gonzalo de Pedro Amatria

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