«Hay muchas correspondencias entre el destino de los acosados por el nazismo y el de los refugiados de hoy», apuntó el director Etienne Comar durante la presentación de esta película en el último Festival de Berlín. La elección de Django como film de apertura de la Sección Oficial del certamen no estuvo exenta de polémica, se trata de la película de un director debutante y también se puede leer en clave de ‘biopic’ de uno de los grandes genios del jazz de toda la historia. Al que hay que recordar que Woody Allen ya había rendido un melómano homenaje en 1999 con Acuerdos y desacordes, con Sean Penn emulando al guitarrista. El caso es que la película llegó en un momento en el que como recordaba su director, Europa (los gobiernos europeos, mejor dicho) continúan dando la espalda al sufrimiento ajeno de los perseguidos. Y ésta es la tesis que maneja de fondo Django, que se apoya en la figura del músico gitano para reafirmar esta tesis. Aunque no hay que olvidarse que estamos ante un film biográfico, con lo que se eso implica a todos los niveles para la figura retratada. Fernando Bernal

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