El resplandor es una de las películas más conocidas de Stanley Kubrick, a su vez conocido por su amor obsesivo por la perfección técnica y el detalle. El caso de esta película, que en España es también célebre por el peculiar doblaje, supervisado aparentemente por el propio director, es interesante, porque bajo un relato de terror psicológico se esconde todo un ejemplo de trabajo cinematográfico con el espacio, una construcción-deconstrucción del espacio físico como proyección visual de la mente de un personaje enajenado. Además, El resplandor es una muestra de hasta qué punto el cine está en muchos casos condicionado por los desarrollos tecnológicos: el film hubiera sido imposible sin la invención de la steady cam, que permite los deambuleos de la cámara flotante por un hotel que arranca siendo un espacio reconocible y lógico para convertirse en un laberinto ininteligible. Gonzalo de Pedro Amatria

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