Mediterráneo, que se llevó el Oscar de película extranjera en 1991, es uno de esos films profundamente influenciados por el Tornatore de los ochenta, tanto en el tono como en la forma. Aquí, un grupo de soldados italianos quedan incomunicados en plena Segunda Guerra Mundial en una paradisíaca isla griega y lo que comienza siendo un desarreglo respecto a sus planes bélicos, acaba por modificar la percepción vital de los protagonistas en cuanto estos comiencen a tomar contacto con la gente del pueblo y su ritmo de vida. Mediterráneo es puro cine “de vacaciones”, un ejemplo de ese cine europeo de multisalas cuya intención pasa más por la conexión amable con el espectador a través del costumbrismo que por una verdadera antropología del continente. Salvatores, que años más tarde volvería a vivir un gran éxito de la mano de No tengo miedo, recurre a una imagen y una luz preciosistas preocupada por vender los paisajes en el extranjero pero en este caso podemos decir que los mecanismos de puesta en escena sí son coherentes con la propuesta: Mediterráneo es, ante todo, un buen ejemplo de cine para turistas. ER

 

Programación completa de los cines Verdi