La historia de Tony Camonte (Paul Muni), el gángster de la cara cortada del título, podía ser la de cualquiera de los míticos y violentos pistoleros que protagonizaron la época dorada del hampa en EEUU en los años 30. Mitificados como héroes, a pesar de su crueldad y violencia, por los medios de comunicación, el cine, posteriormente, los encumbró al estatus de estrellas. Sembraban el terror en las calles, volvían locos a los agentes de la ley, pero en la pantalla eran venerados como auténtico iconos. Howard Hawks contribuyó a la leyenda de la crónica negra con este excepcional película que es, a la vez, una estampa en movimiento de los bajos fondos y el retrato del auge y caída de uno de sus más famosos habitantes. Lo que consiguió el director, además de un thriller memorable, fue sentar los patrones de la iconografía de uno de los géneros más populares. Cincuenta años más tarde, Brian de Palma firmó un remake ambientado en un soleado Miami en lugar de en el South End de Chicago, con un Pacino reinterpretando los cánones del patrón mafioso. Filmoteca Español ofrece las dos películas de forma consecutiva y el mismo día dentro de la sección “Juego de Espejos”. Fernando Bernal

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