El guion que Daniel Mainwaring escribió en 1956 para La invasión de los ladrones de cuerpos es uno de los que más películas ha inspirado de la historia del cine. El primero en afrontar la revisión de este clásico del cine de terror –toda una alegoría del clima de terror propiciado por la Guerra Fría en la década de los 50– fue Philip Kaufman con La invasión de los ultracuerpos (1978), llevándose la historia al terreno del terror puro y duro; y el último, el alemán Oliver Hirschbiegel, que probó suerte en Invasión (2007) con el relato psicológico, firmando la peor (sin duda) de las versiones. Entre medias, asomó Abel Ferrara y como pasa siempre sucede con el inclasificable cineasta italo-americano el resultado, además de sorprendente, no admite términos medios en su análisis. Mirando hacia sus orígenes más sangrientos y violentos, y reivindicando de nuevo el gore, Ferrara traslada la acción a un campo militar, donde comienzan a surgir esas vainas de las que crecen alienígenas. Ferrara acierta al conservar esa lectura metafórica del clásico de Donald Siegel, a la vez que deja al espectador clavado a la butaca. Fernando Bernal

Programación completa de la sala Phenomena