Inspirada en el célebre caso de Estefanía Gutiérrez Lázaro –una chica de 18 años del barrio madrileño de Vallecas que vivió una odisea extrema–, Paco Plaza construye un atractivo exponente de género que entrecruza elementos propios del coming-of-age, del drama familiar, del terror religioso y de la nostalgia vintage (incluida el Maldito duende de Héroes del Silencio como leit motif sonoro). La debutante Sandra Escacena se carga la película al hombro, ya que está en prácticamente en todas las escenas: mientras cuida a sus hermanos, mientras interactúa con sus pares en el colegio o en una fiesta, mientras va experimentando de forma creciente en su propio cuerpo los efectos de la posesión… Una auténtica revelación. Por su parte, Plaza se confirma como un sólido narrador con buenas ideas visuales, capaz además de dosificar con criterio los múltiples ingredientes del film. En estos tiempos de indigestión con decenas de subproductos del género de terror no se trata de un mérito menor. Diego Batlle

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