Dentro de sus aportaciones al ‘polar’, Crónica negra es, siempre con el permiso de El silencio de un hombre, una de las películas más redondas de Melville, además de uno de sus grandes éxitos comerciales. Algo que puede tener que ver con el reparto, a Melville le encantaba trabajar con estrellas y esta vez escogió a Alain Delon y Chaterine Deneuve; y también con que contó con un guion muy sólido, que se adaptada a la perfección a sus supuesta frialdad narrativa y a su necesidad de escrutar la psicología de los personajes prescindiendo de las palabras. Delon interpreta a un inspector de Policía que controla los bajos fondos que entran en ebullición en los alrededores de los Campos Eliseos. En su camino se cruza una banda de atracadores de bancos (magistral la secuencia inicial de la película en la que los vemos fríamente en acción) dispuestos a dar un golpe definitivo. Nunca París estuvo tan desierto y a la vez mostró tanto encanto como en las melancólicas imágenes de este thriller donde conviven (casi) todas las señas de identidad del director francés. Fernando Bernal

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