Si por algo destaca el cine de Joss Whedon, ya sean sus dos películas de Los Vengadores o Buffy, cazavampiros, es por el hecho de que los héroes y los monstruos no dejan de tener una identidad similar y lo único que realmente ambos quieren es ser domesticados por lo que entienden como una vida normal. Algo así ocurre también en Vincent n’a pas d’écailles (título original que podría ser traducido como “Vincent no tiene escamas”), donde una especie de Aquaman de provincias, interpretado por el propio director y guionista, intenta pasar desapercibido ocultando unos superpoderes que no hacen más que causarle problemas. Lo que en Whedon es una multitask continua dentro de la viñeta digital, en Salvador (¡qué gran apellido para un creador de súper héroes!) es un primer plano donde los efectos visuales son siempre detalles que anclan al personaje a la realidad. Ambos creadores retratan la lucha del héroe contra sí mismo, y aunque las formas puedan parecer muy distintas (la grandilocuencia frente al minimalismo) se puede decir que ambos son dos caras de la misma moneda. Filmin estrena la cinta en nuestro país tras su paso por la sección Nuevos Directores del Festival de cine de San Sebastián y el Cinema D’ Autor de Barcelona. ER

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